Loana:
La llamada no entraba, me sentía desesperada en querer poner sobre aviso a Nahir de lo que estaba planeando Santino, por alguna razón había decidido cambiar de planes, era poco tiempo para ella en estas lista y tener los códigos que necesitamos.
Fabricio: No te contesta Santino.
Levanté mi mirada al escuchar a mi padre, le sonreí caminando hacia él. Negué con la cabeza dejando un beso en su mejilla, tomó mi móvil tratando de hacer que dejara de insistir.
Fabricio: Lamento mucho hija que seas la que tenga que salvarme con Santino.
Loana: Papá no es nada, esto tarde que temprano tendría que pasar estamos a casi nada de la noche de gala y mi boda viene después de la noche de Gala.
Sostuvo un mechón de mi cabello pasando hacia atrás, acariciaba mi cabello en señal que ni él mismo quería que se diera esa boda, pero estaba establecido que tendría que ser.
Loana: No todo está perdido, después del viaje en Alemania las cosas van a cambiar, te lo aseguro, veo un milagro ese día después del viaje.
Miró las maletas que ya tenía lista, en cualquier momento me avisaría que tendremos que irnos, así que ya estaba más que lista.
Fabricio: ¿viajarás?
Loana: Santino dijo que hoy mismo tendríamos que viajar.
Fabricio: Pero la noche de gala de los Alemanes es el fin de semana.
Loana: Padre, mientras más pronto mejor, como si no conocieras a Santino que tiene que estudiar todo el área de los Alemanes.
Soltó un gran respiro, sabía que mi padre se sentía culpable en pagar su deuda conmigo, sostuvo mi mano haciendo que me sentara junto a él, me abrazó apretando con fuerza.
Fabricio: aunque no lo creas, eres lo más importante en mi vida hija.
Acaricié su mejilla, sus palabras para mi eran muy significativas, tanto que podía jurar que ahora que tendría en mi poder los accesos y el material Pendrive, Santino estaría en mis manos.
Loana: Padre, lo sé, hay cosas que no podemos cambiar, sabes, mi amiga que traje la otra vez, tiene a su padre muy enfermito, si vieras como ella se encarga de él, claro con ayuda de enfermeras por su enfermedad está muy avanzada, pero me siento bien cuando veo que no estas como su padre, ya ni la recuerda y ella sufre mucho.
Soltó un gran respiro mirando hacia el techo.
Fabricio: nosotros los padres estamos para cuidar de ustedes nuestros hijos, que más adelante ustedes como hijos nos cuidan y nos dan su tiempo. Por eso hija me siento entre las espadas y la pared al no poder disolver ese trato que hice con Santino. Eres lo más preciado de mi vida y saber que tendrás que someterte a lo que él diga hace que las cosas se compliquen entre él y yo.
Bajé mi mirada, si supiera mi padre que el mismo Santino tampoco se quiere casar y estar atada a él hará de mis días un total suplicio. Sostuve sus manos haciendo que me mirara.
Loana: Tengo muchas cosas en mi cabeza, tanto que sé que si hablo claramente con él, sé que lo dará por hecho. Quizá ni boda habrá.
Fabricio: Eres el milagro más hermoso que me pudo ocurrir, por ello tejí unas alas llenas de amor propio para ti. Te confieso que tengo miedo de no estar el tiempo suficiente aquí en la tierra para cuidarte.
Mis ojos se llenaron de lagrimas al escuchar a mi padre, negué con la cabeza, no quería que me dijera que algún día tendría que partir y dejarme sola.