Nahir:
Estaba un poco preocupada, miré desde lejos que Cesar se aparcó lejos de la entrada de un restaurante que se miraba demasiado lujoso. Era fácil deducir que ese era donde tendría que ir.
Cesar: Es aquel. Me imagino que la niña Loana no debe tardar en llegar.
Nahir: ¿Cómo sabes?
Cesar: No veo su camioneta.
Nahir: Entonces solo, entro y ya.
Asintió con la cabeza, tomé mi bolso soltando el cinturón de seguridad, solté un gran respiro soltando una gran bocanada de aire. Me bajé despidiéndome de Cesar, al menos había sido muy amable en traerme a este lugar.
Caminaba viendo los lugares que estaban sobre esta calle, todo pintaba demasiado lujo, sonreí negando con la cabeza, claro que tenía que ser una zona exclusiva donde los adinerados podían venir y pagar exorbitantes cuentas sin preocuparse de nada…
Llegué levantando la mirada hacia el frente, se veía tranquilo, saqué el móvil viendo la hora, negué con la cabeza, esperaba que fuera solo una pequeña entrevista antes de empezar a laborar. Subí los escalones, mi corazón estaba latiendo demasiado fuerte, cerré los ojos deseando que no estuviera Santino aquí, por lo que me dijo Loana él nunca venía, si lo hacía solo era mantenerme en mi puesto y no toparme con él.
Empujé la puerta, una hermosa mujer con una sonrisa tan agradable se me acercó. Me miró de pies a cabeza, lo mismo hice sabiendo que esta mujer hermosa cumplía con todos los requisitos que pudieran pedir, desde ser hermosa, alta, con un cuerpo que hasta yo misma admiraba.
Danissa: Buen día. ¿Tiene reservación?
Nahir: Amm, me dijeron que preguntara por Leo, el gerente.
Danissa: ¿Quién lo busca?
Nahir: Nahir Belov.
La chica levantó una ceja, los nervios empezaron apoderarse de mi, por mi apellido me podía delatar que no era de la misma nacionalidad.
Danissa: Eres la chica que recomendó la señorita Loana.
Asentí con la cabeza, apreté mi mano un poco a la orilla de mi vestido, pasé mi mirada por ambos lados, podía notarse que las personas que se encontraban en el lugar por su apariencia eran de mucho dinero y claro muy Italianos para mi gusto. Me hizo seña donde empecé a seguirla.
Danissa: La señorita Loana es muy generosa, tanto que recomendar a una persona como tú en este lugar, habla más de ella que de cualquiera de los socios.
Nahir: ¿Una persona como yo?
Danissa: No eres de nuestro país, tus facciones se notan y tu apellido te delata. Esperemos que Leo vea que dice.
Asentí con la cabeza, mejor prefería mantener silencio, no quería que me negaran el empleo.
TOC!! TOC!!
- ADELANTE.
Sentí como mi corazón se iba a salir, esperaba que esta persona fuera de lo más relajado con la mente abierta. Abrió la puerta empujando un poco más, mi corazón estaba apunto de salirse al ver al Señor Santino sentado frente a Leo, levantó la mirada fijándola hacia mí, me quedé completamente helada sin poder moverme.
Santino: ¿Qué DEMONIOS?
Negué con la cabeza sintiendo un miedo recorrer en todo mi cuerpo, se puso de pie al mismo tiempo que lo hizo Leo.
Leo: Señor Santino se debe tratar de la nueva, la señorita Loana me lo pidió.
Se acercó a mi tomándome del brazo haciendo que entrara al despacho donde la chica se quedó perpleja al ver como me estaba tratando.