Santino:
Pasé por la puerta de la habitación donde se encontraba Nahir, negué con la cabeza, me detuve tomando la perilla, abrí un poco la puerta muy despacio, entré mirando que no estaba en la habitación, escuchaba el agua caer en la tina. Solté un gran respiro volviendo a salir, cerré la puerta caminando hacia mi habitación.
Abrí entrando, miré hacia la cama, todo estaba en completo orden. Cerré la puerta, me quité el saco lo acomodé en la silla, metí mi mano en el bolsillo, saqué el estuche que tenía, lo abrí mirando las argollas de matrimonio que había comprado para este día, tomé el mío poniéndomelo, negué con la cabeza, lo que hubiera dado Loana por ser dueña de esta sortija.
Desabrochaba los botones de mi camisa, entraba en el armario mirando hacia mi lado, hoy no se me apetecía ponerme un traje formal, quería algo casual, tomé una de las playeras y unos jeans. Levanté mi mirada hacia el otro lado donde estaba toda la ropa de mujer, la observaba negando con la cabeza.
Salí del armario dejando la ropa sobre la cama, terminé por desvestirme, entré al baño abriendo el agua de la regadera. Entré quedando bajo el agua. Cerré los ojos recordando el momento que no quería olvidar jamás.
Ver como le quitaba la vida a Loana fue algo que nunca había pasado por mi mente en hacerlo, no había salvación para ella, fue quien ella misma decidió su final.
Reposé mis manos en la pared dejando que el agua cubriera mi cuerpo. Negué con la cabeza, en que estaba pensando en casarme con la rusa, no era nada beneficioso para mi.
Abrí mis ojos, mirando hacia la rejilla de la calefacción en el techo, me di la media vuelta, podía escuchar una vocecita delicada cantando. El eco de esa voz empezaba a retumbar en mi cabeza como una lección aprendida.
Sonreí al escucharla.
Santino: Así que hasta hablas Francés rusita hermosa.
Negué con la cabeza terminando de tomar la ducha, cerré la llave, su voz era una especie de seducción, tomé la toalla mirando mi amigo que estaba reaccionando con solo escuchar la manera que cantaba. Tragué saliva masajeando un poco. Enrollé la toalla apresurándome a salir del baño, cerré la puerta sosteniendo la perilla con fuerza.
La puerta de la habitación se abrió, sostuve el nudo de la toalla al mirar a Danelik.
Santino: ¿Qué sucede?
Danelik: Eso mismo digo.
Negué con la cabeza, había olvidado la otra toalla para mi cabello. Entré al armario. Cerrando la puerta.
Rodé los ojos al seguir escuchando a Nahir… respiraba un poco confundido a lo que me estaba pasando.
Danelik: Bla… bla… bla… bla…
No lograba prestar atención a lo que estaba diciendo Danelik. Miré hacia la rejilla donde se seguía escuchando esa voz.
Necesitaba tranquilizarme, necesitaba quitarme esta sensación que estaba teniendo.
Danelik: ¿entonces que hago Santino?
Santino: Nada NAHIR… NADA…
Danelik: ¿Nahir?
Rodé los ojos dando un fuerte golpe en la estantería donde empezaron a caer las cosas que tenía encima. ¿Qué me esta sucediendo?
- Je remue le ciel, le jour, la nuit Je danse avec le vent, la pluie, Un peu d'amour, un brin de miel. Et je danse, danse, danse, danse, danse, danse, danse. Et dans le bruit, je cours et j'ai peur. Est-ce mon tour? Vient la douleur. Dans tout Paris, je m'abandonne. Et je m'envole, vole, vole, vole, vole, vole, vole.