He podido actualizar más pronto de lo esperado, y es que al final he optado por darle protagonismo únicamente a la escena principal, la única que hay en el capítulo. Creo que tiene tanta fuerza que si escribiera más escenas, podrían pasar dos cosas, que la fuerza de esta escena se comería el resto del capítulo y lo demás pasaría casi desapercibido, o bien, que la pobre escena quedara algo enterrada e involuntariamente le quitaría el peso que tiene.
De cualquier manera, me siento orgullosa de cómo ha quedado. Son sólo 3000 palabras, apenas 8 páginas escritas, para las que llevo dudando, borrando y reescribiendo más de un año.
Respect for me, please! XD
A partir de ahora dedicaré un capítulo a los lectores más fieles de "La Luz de Edoras", aquellos que están para lo bueno, para lo malo y para todo lo demás también. Los que no dudan en dedicarte un review, crítica o elogio de páginas enteras.
Sinceramente no creo ser merecedora de un esfuerzo así. De corazón ¡GRACIAS A TODOS!
El capítulo anterior fue para Meridethaelin, y el de hoy es para una adorable lectora con la que hablo a destiempo, ya que mientras ella duerme yo escribo, y al revés.
Y es que México está muy lejos, amigos.
***
(Dedicado a Endoriel)
Corrió y corrió.
Pasaba como una exhalación junto a los blancos edificios y, su apresurada carrera llamaba la atención de los habitantes de una cada vez más vacía Minas Tirith, que salían a la calle a apagar los candiles de la entrada a sus casas.
Resbaló en una curva, aquella que desembocaba en la escalera de acceso al nivel cuatro. Las piedras pulidas estaban mojadas por el rocío. Pero Legolas no disminuyó el paso. Se enderezó rápidamente y subió los peldaños de tres en tres.
Del tiempo extra con el que Imrahil le había obsequiado le sobrarían apenas veinte minutos descontando el tiempo de recorrer las intrincadas calles hasta las Casas de Curación, donde, estaba seguro que la encontraría.
Llegó a la puerta de la Clínica de la ciudad y se paró en seco. No podía entrar allí y pretender que le abrieran el paso. La Mayoral había demostrado que de nada servía ser hijo de un rey, allí se cumplían sus normas y ni mucho menos estaban en horario de visitas.
Legolas, que apenas sí había tenido que respirar más rápido para oxigenar sus músculos en la carrera, se encontraba como si no acabara de realizar una carrera contra el tiempo, y se mantuvo inmóvil un instante.
Su mente trabajó deprisa y corrió hacia un lateral del edificio, el que daba a una estrecha calle. Miró hacia arriba y no vio luz en la habitación de Éowyn. Frunció el ceño. ¿Se habría marchado ya a la posada? ... No, conociendo como la conocía, no creía que la muchacha estuviera ya ocupando la sencilla comodidad de su lecho.
Volvió rápidamente sobre sus pasos, y se dirigió a los jardines tan hermosos donde se había retirado con Gimli a fabricar los mástiles de sus flechas, ahora ya acabadas gracias a la amabilidad del maestro armero de la ciudad, que le había cedido un ovillo de hilo de lino de gran resistencia.
Caminó deprisa, sin hacer ruido hasta un arce que crecía cerca del muro de la clínica, y se encaramó a sus ramas más bajas con impresionante agilidad. Trepó rápidamente y en silencio, con la idea de alcanzar el balcón de la Clínica, y desde allí entrar a buscarla sin ser visto.
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La Luz de Edoras (El Señor De Los Anillos - Legolas)
Fanfiction(Legolas x OC) Todo el mundo tiene derecho a escoger su propio destino. Érewyn es la hermana menor de Éowyn y Éomer, y es un auténtico espíritu de la llanura de Rohan, con muchas ambiciones y un pasado misterioso por descubrir. El azar y la guerra c...