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Tumbado en la hierba, panza arriba y sobre una manta; con los ojos entornados y actitud impaciente. De esta manera miraba el pequeño Thanion el cielo de la tarde. El sol se había ocultado tras la pared montañosa que encerraba el idílico jardín de las Estancias y la luz que aún llegaba variaba de tonalidad desde el rojo hacia el morado a medida que transcurrían los minutos.
—Thanion, ven aquí. Aún no podrás verlas, laes —insistió su madre, por tercera vez.
—Pero nana... —se lamentó él, con el ceño fruncido—. Yo quiero que empiece ya.
—Que yo sepa, los elfos aún no hemos hallado el modo de hacer que las estrellas nos obedezcan, Thanion —declaró amablemente Rissien.
El niño se incorporó en el pasto, apesadumbrado. Rissien, ataviado con una preciosa camisa blanca con cordones en el pecho y sin llevar sus inseparables dagas, se hallaba medio sentado, de forma desgarbada, en un murete repleto de tiestos y macetas con flores invernales. Y muy cerca de él, Aeneth observaba a su retoño, amorosamente.
El pequeño respondió con una sonrisa tímida a la mirada de su madre y movió los pies sobre el pasto, distraídamente.
—Las estrellas fugaces serán visibles sólo cuando el sol haya desaparecido por completo. Tienes que ser paciente —explicó Aeneth, con aquel tono siempre sosegado con el que solía hablarle—. Vamos, ven a comer un poco. Mira estas cerezas, ¡son tus preferidas!
—Hazlo antes de que Rissien acabe con todas —le aconsejó Érewyn, emergiendo desde el interior de la Caverna hacia el frondoso jardín en aquel preciso instante, y caminando al lugar donde había sido preparada una preciosa mesita con un variado refrigerio para pasar una agradable tarde antes de que comenzara el espectáculo de la lluvia de estrellas invernal.
Aquella frase, junto con la visión de su "tía" haciendo acto de presencia finalmente, terminaron de arrancar a Thanion de los cielos para depositarle en el jardín de las dependencias de su familia.
Érewyn les dirigió a todos una sonrisa algo forzada, mientras Remdess, que había llegado detrás de ella, efectuaba una reverencia perfecta ante la esposa del heredero de Thranduil. Su rostro, siempre digno, siempre circunspecto, no pudo evitar voltear ligeramente hacia el elfo excéntrico que le sonrió antes de dedicarle un saludo cordial.
La elfa infló el pecho, orgullosa, y correspondió al gesto con una inclinación más formal, pero prefirió tomar asiento de espaldas a Rissien, alegrándose de que Érewyn lo hubiera hecho ya de cara a él, así su estrategia de evitar el contacto visual con el elfo no resultaba tan evidente.
—Hoy te tomó más tiempo del habitual librarte del Rey.
Remm giró la cabeza hacia Rissien de forma automática al oír sus palabras y le miró con tremendo reproche. Pero la atención de él no estaba dedicada a Remdess, sino a su prima.
—¿Qué ocurre? —preguntó el elfo.
Érewyn había suspirado ya tres veces en lo que llevaba sentada ante aquella mesa.
—La lección de estos últimos días está siendo difícil —explicó ella. Tenía el agotamiento grabado en el rostro.
—¿Qué te está enseñando el abuelo? —preguntó el niño. Ella le sonrió.
—La Dagor Bragollach, y en sindarin...
Thanion abrió los ojos al máximo. Su abuelo era especialmente pasional cuando hablaba de las épicas batallas del pasado. Su conocimiento era tan vasto y sus explicaciones tan detalladas que sus relatos podían durar horas si se dejaba llevar.
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La Luz de Edoras (El Señor De Los Anillos - Legolas)
Fanfiction(Legolas x OC) Todo el mundo tiene derecho a escoger su propio destino. Érewyn es la hermana menor de Éowyn y Éomer, y es un auténtico espíritu de la llanura de Rohan, con muchas ambiciones y un pasado misterioso por descubrir. El azar y la guerra c...