Reliquias

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¿Qué puedo decir en primer lugar? Ante todo, recibid mis disculpas. He tardado lo indecible en actualizar, y eso que el capítulo lleva estructurado y medio escrito en borrador desde hace un mes y medio.

Pero andamos últimamente algo escasos de dinero en casa, y me surgió un trabajo que me venía de perlas para "salvar" la Navidad este año, así que acepté. Y he pasado un mes entero trabajando durante mi tiempo libre. Apenas hace una semana que lo terminé, y entonces pude retomar "La Luz de Edoras".

Sobre el capítulo: de nuevo es una transición, pero da pie a muchas cosas que pasarán en un futuro, y los detalles... ¡Ah, los detalles! Tened muy en cuenta cualquier detallito que se describa porque puede aparecer en próximos capítulos y ser un nexo con la trama.

En fin, sin más os dejo con el capi, y os recuerdo que al final hallaréis las traducciones, y un mapa de Rohan con la ubicación de las tres ciudades principales, de las que se habla en el capítulo.

¡Nos vemos al final!

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Dedicado a CaballeradeRohan. Gracias por tu entusiasmo :)

El ruido sordo de los cascos de los caballos cesó y el característico sonido de Eryn Lasgalen les rodeó: el viento agitando las altas y espesas copas de los árboles y el eco lejano del canto de las abubillas y los mirlos acuáticos.

Thranduil suspiró.

Después de casi quince días de viaje junto a su gente desde Minas Tirith, el Rey Elfo por fin estaba en casa. Legolas había dirigido el regreso con urgencia, sin más descanso que el estrictamente necesario, más por iniciativa propia que por órdenes directas de su padre.

Pero aún sin haberlas recibido era perfectamente conocedor del deseo de Thranduil por terminar pronto con aquel viaje hacia lejanas tierras que tanto tiempo le había apartado de sus propios asuntos, los que, en definitiva, preocupaban al Rey Elfo por encima de cualquier otra cosa.

Y no había recibido órdenes de Thranduil porque, durante todo el tiempo que duró el trayecto, Legolas se había esforzado al máximo en evitar cualquier contacto con él. Y se encargó de la ruta con aire hosco y apagado. Serio.

Tampoco el Rey quiso iniciar conversación alguna. Bien sabía el motivo que arrastraba a Legolas a comportarse como un chiquillo disgustado.

Pero al joven príncipe no le quedaba otra que adaptarse a la nueva rutina y a los nuevos cambios que estaban por llegar, y el Rey Elfo sabía perfectamente que eran, precisamente, esos nuevos cambios el motivo de discordia.

Su hijo, como siempre, tan obcecado con su propio criterio y tan pésimo a la hora de adaptarse a los mandatos de Thranduil, no era capaz de ver el lado bueno de las cosas, la parte positiva. Y en aquella condición que el Rey Elfo había impuesto también existía una parte beneficiosa. Si ella tenía el valor suficiente aprendería mucho, muchísimo. Más de lo que aprendería investigando por su cuenta.

Mientras Thranduil pensaba todo esto, Legolas descendió del gran caballo blanco que poseía y caminó con seguridad hacia la base del tronco de un árbol. Imitó la voz del arrendajo y al poco tiempo, un elfo descendió de las verdes alturas.

El Rey le observó recibir el primer reporte de la frontera sur, a la que habían llegado recientemente siguiendo la senda oculta de los elfos desde el Camino Viejo.

No. A pesar de su tozudez, Legolas no tenía motivos para guardarle tal rencor ya que la situación que concernía a Érewyn y a su venida al bosque no había sido una orden, no era un mandato. Thranduil había calculado con maestría la maniobra, y con una estratagema pensada y estudiada durante días (los mismos días en los que él y la joven habían bajado la guardia en Ithilien), había conseguido que ese condicionante para dar su beneplácito a la unión de los dos jóvenes fuera una opción personal de la Dama de Edoras.

La Luz de Edoras (El Señor De Los Anillos - Legolas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora