Antes de nada, agradecer todas las muestras de apoyo y ánimos para seguir escribiendo. He detectado como una especie de temor o algo así a que abandone el fic. De hecho no sé de qué manera he podido levantar ese temor, pero os aseguro que, aunque a veces tarde un poco más en actualizar, el proyecto sigue adelante como al principio.
Veréis que como en este capítulo hay cambios entre Legolas y Érewyn y cada uno está en un lugar diferente, para que quede más claro y podáis orientaros de dónde están, he puesto unos subtítulos antes de las escenas.
¡Os dejo con el capítulo! ¡Disfrutadlo!
Capítulo 33. Los Balchoth
Érewyn observaba atentamente el proceder de Ioreth. Calentó un frasco de cristal en el fuego y seguidamente lo tapó, aún muy caliente, con un pedazo de piel de tripa de cerdo.
– Existen actualmente dos métodos para fabricar antídotos. – Explicaba Ioreth. Dejó el frasco con cuidado en una mesa cercana y comenzó a trabajar sobre una bandeja. Érewyn no veía qué estaba haciendo, estaba ocupada limpiando el sudor de la frente del joven herido con una compresa fría. – El método clásico, – prosiguió la Mayoral, – que se consigue con el mismo veneno, genera gran cantidad de antídoto que puede ser almacenado durante un par de meses. Pero por otro lado es muy lento de fabricar, ya que requiere de varias inoculaciones de veneno en el cuerpo de un huésped (nosotros usamos cabras). De modo que es un método inservible cuando ocurre una urgencia como la que tenemos hoy. Los hombres de Harad utilizan veneno de serpiente de la estepa en sus flechas, y aquí no disponemos del antídoto para tal veneno.
– ¡¿Entonces cómo vamos a detener el progreso del veneno?! – Exclamó Érewyn, alarmada. Ioreth levantó una mano y sonrió, tranquila.
– Con el método que yo he rescatado tras años y años de estudio. Es un método muy antiguo, polémico y rechazado por muchísimos sanadores, ya que para él se utilizan partículas de carbón vegetal, hierba cinuth, y (esto es lo más polémico), la sangre de la víctima. – Érewyn se incorporó para mirar qué hacía Ioreth en la bandeja. La anciana manipulaba lo que parecía una aguja de punto, algo más corta y hueca. Ioreth se acercó al herido y limpió su brazo minuciosamente con alcohol de eucalipto, un desinfectante muy utilizado en Gondor. Ató un trozo de lino en el brazo para ver mejor las venas, y pinchó una de ellas con la gruesa aguja. En seguida comenzó la sangre a salir por el otro extremo a borbotones, siguiendo inequívocamente el ritmo del corazón del muchacho y salpicando los brazos de Ioreth, que ni se inmutó. Rápidamente, Ioreth pinchó la tensada tela de tripa del frasco con el extremo libre de la aguja y la sangre comenzó a llenarlo. – Este método de fabricación de antídotos es muy rápido, pero sólo se puede fabricar una pequeña cantidad cada vez, que sólo funciona en la persona a la cual pertenece la sangre. El sobrante no se puede guardar ya que al estar fabricado con sangre se degrada en pocos días. – Érewyn levantó las cejas asombrada. En apenas un par de minutos el frasco de cristal contenía cerca de un cuarto de litro de sangre. Ioreth extrajo la aguja del brazo del muchacho. – Presionad aquí con fuerza, Érewyn. – Pidió. La joven obedeció, taponando con gasas de tela el pequeño agujerito por el que Ioreth había extraído la sangre. – Como habéis podido suponer, estamos fabricando el antídoto rápido, con sangre. Ya que no poseemos el antídoto en sí contra el veneno de la serpiente de la estepa.
– Y, ¿porqué es polémica su utilización, Maestra? – Ioreth se detuvo un instante y se giró para mirar a la muchacha. Los ojos de Érewyn desbordaban interés y curiosidad, la chica estaba en verdad ávida de conocimientos, y la Mayoral sonrió, orgullosa, antes de regresar a su tarea.
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La Luz de Edoras (El Señor De Los Anillos - Legolas)
Hayran Kurgu(Legolas x OC) Todo el mundo tiene derecho a escoger su propio destino. Érewyn es la hermana menor de Éowyn y Éomer, y es un auténtico espíritu de la llanura de Rohan, con muchas ambiciones y un pasado misterioso por descubrir. El azar y la guerra c...