Capítulo 6. Ojos como estrellas
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El sol de la tarde calentaba a los viajeros, cuya ruta se había detenido para pasar la noche junto al río, al abrigo de la primera arbolada antes de llegar a las montañas. En sólo media jornada más llegarían a Cuernavilla.
Legolas se encaramó a unas rocas y observó todo a su alrededor. Había gente por todas partes, algunos reían, otros descansaban, y muchas mujeres preparaban algo de cena. Los niños jugaban y correteaban, y los caballos pastaban en la cercana llanura. Era como si no fueran conscientes de porqué estaban viajando al Abismo de Helm. Legolas apoyó el mentón en su arco y miró en dirección a Orthanc. Incluso con su aguda vista de elfo, apenas lograba vislumbrar nada, pero la alta Torre Blanca brillaba con los últimos rayos de la tarde.
Era imposible pasar desapercibidos. Estaban tan a la vista y se movían tan despacio que si Saruman deseaba atacarles podría aplastarles como a hormigas.
El elfo se mordió el labio ligeramente y desvió la atención a las rocas de su espalda. El paso desde el sur estaba protegido por las Emyn Muil y por lo que sabía, y había corroborado en los mapas, la única forma de llegar hasta ellos a través de las montañas era cruzando el Sagrario, un pasadizo maldito del que nadie había salido nunca con vida.
De modo que estaban completamente a la vista pero relativamente a salvo.
—Esto es como burlarse de la muerte en su propia cara... —murmuró Legolas.
Dio un brinco desde la alta roca y aterrizó en el pasto. Vislumbró a Aragorn descansando junto a un arroyo y a Gimli encendiendo un fuego en el extremo más alejado, cerca de la llanura. Pensó que quizá era el mejor lugar para apostarse a vigilar, y echó a caminar en dirección al enano.
Había estado acompañando a su tío hasta entonces, más que para obedecer, para ver si conseguía enterarse de los planes de éste respecto a Cuernavilla. Cuál era la estrategia, cómo iban a alojar a tanta gente... Pero no consiguió enterarse prácticamente de nada. Apenas escuchó que aparte del grupo de Edoras ya estaban en la fortaleza numerosas personas de los poblados del Folde Oeste. Era lógico que hubieran acudido a refugiarse a la fortaleza, teniendo en cuenta que Saruman ganaba terreno cada día que pasaba y sus orcos y hombres salvajes no tenían piedad con quien osara cruzarse en su camino.
Pero antes de reunirse con Hama, Théoden le había pedido que hiciera una ronda para asegurarse de que todo el mundo estaba bien.
Aquello era como echarla de allí de forma sutil, y Érewyn así lo entendió. Había pasado la última hora paseando, mirando los árboles, la gente, la puesta de sol... aburrida, hasta que alguien gritó su nombre y la sacó de su ensoñación.
—¡Érewyn!
La muchacha se giró hacia quien le llamaba.
Volga, una de las cocineras del palacio, que también fue niñera suya cuando era pequeña, le hacía gestos desde una pequeña hondonada, donde habían acampado ella y su familia. La mujer estaba algo rellenita, vestía un recio vestido de paño marrón oscuro y un delantal. Sus ojos claros parecían sonreírle.
—Ten, linda. Está caliente —le dijo Volga, ofreciéndole un cuenco con un caldo humeante y algunas patatas flotando.
—¡Oh! ¡Volga, no podría! No quisiera molestar, de verdad gracias, pero debo rechazarlo. Además... —contestó Érewyn, educadamente.
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La Luz de Edoras (El Señor De Los Anillos - Legolas)
Fiksi Penggemar(Legolas x OC) Todo el mundo tiene derecho a escoger su propio destino. Érewyn es la hermana menor de Éowyn y Éomer, y es un auténtico espíritu de la llanura de Rohan, con muchas ambiciones y un pasado misterioso por descubrir. El azar y la guerra c...