Nota previa:
El de hoy es un capítulo algo más corto de lo acostumbrado, pero trata un tema complicado que creía necesario aislar.
A todos aquellos lectores que aman a Thranduil: espero hacerle justicia con estas líneas :')
Hoy el Rey Elfo se devora el capítulo ;)
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Érewyn caminaba despacio por uno de los senderos que recorría el precioso jardín de la Caverna de Thranduil. El maravilloso lugar estaba solitario y los únicos sonidos que llegaban a sus oídos eran el de las ramas meciéndose al viento y el del trinar de los pájaros que revoloteaban entre ellas.
Cada vez que tenía ocasión pasaba un tiempo en aquel jardín, simplemente para mirar cómo transcurría la vida para las pequeñas criaturas que lo habitaban o cómo el viento mecía las hojas de los árboles. Le provocaba un placer inmenso e inexplicable, y sospechaba que se debía a su parte Sindar que, poco a poco y con los estímulos adecuados, iba despertando en ella.
El mes de diciembre acababa de comenzar y el clima gélido era especialmente crudo; tanto, que Érewyn no había visto el sol durante las dos últimas semanas. Ver el cielo despejado aquel día había sido la causa de que decidiera pasar la mañana leyendo los Relatos de Lindon mientras su piel se beneficiaba de los rayos solares.
Se envolvió aún más en la capa rohir y sujetó la parte delantera para tapar su cuello de la brisa invernal. Fuertemente sujetos en su otro brazo llevaba el grueso tomo de relatos que Thranduil le había prestado y una manta. Podía notar la escarcha crujir bajo sus pies con cada paso y, no importaba cuántas veces lo viera, se maravillaba del aspecto helado de las flores que delimitaban el estrecho sendero, las cuales, pese a las bajas temperaturas, no morían. Le recordaban a las Symbelminë.
Llegó al fin a su lugar preferido: un pequeño claro al abrigo de dos sauces. Extendió la manta en el suelo, se sentó sobre ella con las piernas cruzadas, y se dispuso a abrir el grueso y pesado libro por la página marcada.
La atmósfera y la tranquilidad contribuyeron a que, casi de inmediato, la historia la atrapara por completo. Pronto perdió la noción del tiempo, mientras las páginas se sucedían a velocidad mucho más lenta de lo acostumbrado para ella debido a que el texto estaba escrito en Sindarin. Y tan enfrascada estaba que no detectó los pasos que se acercaban a ella desde un costado.
—Mi señora, os he traído un tentempié.
Érewyn dio un respingo al oír la voz de Remdess tan cerca. La elfa se inclinaba hacia ella tendiéndole un plato con un tipo de bizcocho al que Érewyn se había vuelto adicta, últimamente.
—Muchas gracias —respondió la rohir. Depositó el libro sobre la manta y aceptó el bocado que Remm le había traído.
—Últimamente os noto ausente —comentó la elfa.
Érewyn mordió el delicioso dulce y asintió sin mirar a la elfa.
—Este libro es lo mejor que he leído en toda mi vida —afirmó, con convicción.
Remm arqueó una ceja y la miró con cierta suspicacia.
—No os creí capaz de desenvolveros con la lectura del Sindarin con tanto afán, mi señora —murmuró.
Érewyn retiró algunas migas de la comisura de sus labios y frunció el ceño.
—Después de todo el tiempo que llevamos juntas deberías ya saber que si un texto me resulta sugestivo no puedo abandonarlo hasta que lo termino. Pero sí, tienes razón: el idioma me lo está poniendo complicado: estoy tardando más de lo que acostumbro a leer, y a veces termino con dolor de cabeza, pero, ¡es emocionante! —aseguró, y sonrió ampliamente antes de dar otro gran bocado digno de un huargo.
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La Luz de Edoras (El Señor De Los Anillos - Legolas)
Fiksi Penggemar(Legolas x OC) Todo el mundo tiene derecho a escoger su propio destino. Érewyn es la hermana menor de Éowyn y Éomer, y es un auténtico espíritu de la llanura de Rohan, con muchas ambiciones y un pasado misterioso por descubrir. El azar y la guerra c...