Saphira 《Finnick Odair》

Capítulo 3

   Entre el cansancio, las lágrimas y el baño de agua caliente, caigo rendida en la cama. Ya es de noche, he pasado toda la tarde encerrada aquí, Effie ha cerrado la puerta con clave y no tengo idea cual es. Alguien toca mi puerta y veo que es Peeta. Teclea los números y la puerta se desliza rápidamente.
Él parece arrepentirse al instante, pero lo llamo.

—Peeta, ¿ocurre algo? —Mi voz suena mucho más calmada que nunca antes.

—Es solo que... no puedo dormir —Mira hacia abajo y juega con sus dedos, está nervioso. Yo sonrío y le hago un ademán para que se acueste conmigo—. Gracias.

   Se mete dentro y puedo ver que está helado.  ¿Se sentirá así, frío y vacío? 

—No es nada... ¿Ya han hablado con Haymitch?

   Él cierra sus ojos por un segundo y me cuenta que mi "padre" vomitó y se desmayó sobre su propio vómito.

—Iba a llamarte, pero pensé que estabas dormida y después de lo de hoy creí que lo mejor para ti sería que descansaras un poco. Lo ayudé a bañarse y dejé que se acostara.

   Sólo murmuro un "lo siento", me recuesto sobre su pecho y él me abraza... una loca idea pasa por mi mente y sonrío.

—¿Sabes lo que pasaría si Effie nos ve así? —Se le escapa una pequeña carcajada y yo no puedo evitar que mi sonrisa se ensanche—. Diría que soy una pervertida. Cosa que es obvio, tu tienes 16 y yo 23 y estamos en una cama en una "posición comprometedora".

   No es la primera vez que dormimos juntos, algunas noches yo solía colarme en su casa, generalmente los días cercanos a la cosecha, los que le quitaban el sueño.
   Su sonrisa se convierte en nostálgica y sé que lo próximo que va a decir me va a doler.

—Eres tan buena, Phira. Nunca dejes que nadie apague esa luz que hay dentro de ti.

—No seas estúpido, esto suena a despedida. No morirás en la arena. No lo permitiré.

   Sus latidos aumentan y se remueve nerviosamente.

—Sabes que no podré lograrlo. No cuando ella esté ahí dentro. Tu tendrás que ser mentora de los tributos del Distrito 4, no de nosotros.

   Levanto mi cabeza y lo miro fijamente.

—No seas hipócrita, haré lo necesario para sacarte de esa arena, incluso si debo dar mi vida. Ahora si no quieres que ésto sea un mar de lágrimas, duérmete y déjame disfrutar este momento junto a ti.

   Él no dice nada más y espero una larga hora hasta que se queda dormido, velando por él. Una vez que su pecho respira con tranquilidad, me duermo en sus brazos. Estúpido Peeta, te sacaré de esa arena.

*****

—¡Arriba, arriba, arriba! ¡Va a ser un día muy, muy, muy importante! — Effie no se queda o entra a mi cuarto, en vez de ello, sigue con lo suyo. Puedo ver que Peeta se ha ido en algún momento de la mañana.

   Va a despertar a Katniss, estoy segura. Gimo bajito y me tapo la cabeza con la almohada para bloquear al mundo y al día que me espera.