Saphira 《Finnick Odair》

Capítulo 10 [2]

"En el vasallaje, como recordatorio, de que ni aún los más fuertes, pueden superar el poder del Capitolio, en estos Juegos del Vasallaje de los veinticinco. Los varones y mujeres tributos serán elegidos del grupo existente de los vencedores de cada distrito... Los vencedores se presentarán el día de la cosecha..."

Las palabras de Snow resuenan una y otra vez en mi cabeza mientras me dirijo al Edificio de Justicia del Distrito 4 al tiempo en que varios agentes de la paz custodian mi camino. Siento que el aire no llega a mis pulmones, cómo pequeñas lágrimas amenazan con salir de mis ojos, un sudor saliendo de la palma de mis manos, esa horrible sensación de un tremendo nudo en la garganta y un fuerte dolor en el pecho. Finnick ya se encuentra sobre el escenario. De pie, solo, en el lugar donde los tributos masculinos deberían ir. Estaría acompañado si tan sólo dos no hubieran muerto y al último lo hubiera asesinado a golpes brutales. Creo que la idea de clavar tridentes cada vez empieza a gustarme más.

—¡Bienvenidos, bienvenidos a la celebración de este Septuagésimo Quinto Aniversario y Tercer Vasallaje de los Juegos del Hambre! —Dijo con emoción fingida Telly Bobbofit a medida subíamos los escalones.

Yo aún no puedo creer que Finnick esté tan calmado, es como si las palabras de Snow le hubieran comunicado que iríamos de visita o algo por el estilo.

Pero no lo culpo, si alguien conoce al verdadero Finnick Odair somos Mags, Annie y yo. Sé que dentro de esa apariencia distante, orgullosa, prepotente y arrogante se esconde un chico preocupado de que alguna de nosotras tres sea elegida. O si yo cargo a su hijo en mi vientre. Nadie conoce todo lo que él ha sufrido para llegar a cambiarlo totalmente tanto como nosotras. Realmente prefiero que esté histérico por las dos mujeres antes de mí.

Creo que tengo posibilidades de estar embarazada.

A medida que subo los escalones con Mags y Annie detrás mío, miles de recuerdos vuelven a mi mente, como cuando fui elegida aquella primera vez, la maldita sangre escarlata en mis manos, chicos de los demás distritos gritando, muriendo, agonizando. Niños de solo doce y trece años como yo, obligados a participar por haber sido elegidos, mi compañero de distrito muriendo en mis brazos al haber sido asesinado por los profesionales del Distrito 1, yo... desesperada, perdiendo el control, la cordura, la paciencia, hasta que todo cesó... Cuando gritaron mi nombre como la ganadora de los 64° Juegos del Hambre. La sanguinaria que mató a más de siete niños/adolescentes en sus Juegos.

—Ven, Annie... —Intento animarla extendiéndole una mano a mi pelirroja amiga que se tapa la cara, asustada sin querer avanzar al frente, Mags me ayuda hasta posicionarla a mi lado y en ningún momento suelto su mano.

—¡Bueno, empecemos! —Grita Telly acercándose a la urna de Finnick, donde solo está un único papel con su nombre, una lagrima baja por mi mejilla que rápidamente limpio con el dorso de mi mano. Todo es mi culpa. Localizo entre la multitud a alguien peculiar... a Tonn, mi difunto amigo. Me mira con pena, pero con sus labios curvos hacia arriba, como diciéndome que puedo hacerlo. Él me dirige una sonrisa que correspondo sin dudarlo, estoy interactuando con un fantasma. Pero no me importa, puede ser la última vez que lo vea. Cada vez que cierro mis ojos veo los suyos ahogados en terror por mí. No quería que yo muera, sin embargo, él terminó haciéndolo.

Ahora Katniss no estará tan sola como cree. Haré todo lo posible para avivar ésta Revolución, en verdad lo haré. Pase lo que pase, yo seré quien tendrá la cabeza de Snow entre mis manos. Nadie se interpondrá en mi cometido.

Yo mataré a Coriolanus Snow y me importa una mierda que otro tenga más razones para hacerlo, soy la que más tiene derecho. Ha jugado conmigo, me ha usado más que a los otros vencedores, estoy cansada.