Capítulo 32

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   Gracias a una estable dieta de café (cortesía de Effie), Haymitch y yo pasamos el resto de la noche manteniendo un ojo en nuestros tributos, asegurándonos que los Profesionales se queden en su lado de la arena, bien lejos de ellos. Tengo el volumen en la pantalla de los Profesionales encendida todo el tiempo, y los escucho murmurar enojados acerca de los tributos del 12, preguntándose quién tiene más patrocinadores.

   Patrocinadores que han exhibido interés en la idea de los "Amantes Trágicos" están preparándose para abrir sus monederos en cuanto Katniss y Peeta estén juntos de nuevo. Hay un enorme interés en el Capitolio, y un programa de comentario zumbando constantemente en una de las pantallas de nuestra habitación disecciona cómo Katniss dice Peeta al descubrir el cambio de reglas. Lo reproducen una y otra vez, analizando el tono, la expresión facial, y un montón de otras psicopavadas. Después de que se cansan de eso, pasan a la confesión de Peeta durante la entrevista. A cámara lenta. Rebobinan. Lo ven de nuevo.

   El consenso es que ambos están locamente enamorados. Sé que son todos idiotas, pero se necesitan idiotas con dinero para ganar esto. Tenemos que convencerlos que lo que creen es verdad, a pesar del hecho que estén completamente errados. Dudo seriamente que Katniss vaya a saltarle encima a Peeta y darle un gran beso como la audiencia parece esperar que ella haga, pero esperamos que ella le tome el ritmo rápidamente a la farsa.

   Las bisagras de la puerta rechinan cuando alguien la abre más, y yo la ignoro, mirando fijamente a la pantalla.

—¿Haymitch?

—¿Hm?

   Reluctantemente giro mi silla al sonido de la voz de Effie y veo una pequeña multitud de gente silenciosamente reunida detrás de ella, algunos blandiendo micrófonos y otros sostienen cámaras ante sí. Al verme, comienzan a susurrar frenéticamente. Por lo que puedo entender, están discutiendo sobre quién nos hará preguntas primero.

 Por lo que puedo entender, están discutiendo sobre quién nos hará preguntas primero

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   El viejo no está para nada contento. La gente reunida en la puerta deja de susurrar y lo mira nerviosamente, dando un colectivo paso hacia atrás y permaneciendo bien detrás de Effie, como si fuese un escudo humano. La expresión de su cara lo dice todo, y Finnick, sentado al otro lado de la habitación, sofoca una carcajada detrás de su mano. Hay-Hay lo fulmina con la mirada. Él sonríe ampliamente, señalando explícitamente su cara.

 Él sonríe ampliamente, señalando explícitamente su cara

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Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora