Capítulo 46

5.8K 507 58
                                    

—Supongo que Haymitch por fin se ha hartado de vernos morir de hambre —Comenta Peeta al meterse en la cueva, con el rostro iluminado como el sol. Oh, esa perfecta mirada ha hecho que mi semana se alegre—. O quizás Phira nos haya mandado ésto en secreto. En el momento en el que el borracho se durmió.

—Supongo —Responde ella, con una leve sonrisa. Oh si, te lo has imaginado, Kat. A mí en modo sigiloso, haciendo lo posible para organizarles un banquete. Pero es obvio que no ha sido así, obviamente el viejo estuvo de acuerdo.

   Sólo necesito que le siga la corriente a Peeta y actúe. Él ya le ha contado la hermosa historia sobre desde cuando está enamorado de ella, ahora ella tiene que hacer su próximo movimiento.

—Finnick Odair —Lo llama uno de los Agentes de la Paz—. Necesito que nos acompañe.

   Finnick y yo compartimos una mirada confusa. ¿Qué es tan importante como para interrumpirlo?

—No tengo un cliente, no que yo sepa —Interviene, acercándose lentamente a mí.

—El Presidente Snow lo está esperando, no creo que desee hacerlo esperar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—El Presidente Snow lo está esperando, no creo que desee hacerlo esperar.

   No puedo evitar tensarme y aferrarme fuertemente a él. El guardia comienza a llevar su mano a su cadera, donde su arma se encuentra, dándome a entender que irá si o si y yo no soy un obstáculo difícil de derribar. Por lo que Finnick me da un largo beso en el cual ninguno de los dos queremos que se termine. No quiero que se separe, no quiero que se vaya.

   Sé que he estado comportándome como una estúpida, pero se lo recompensaré todo en el momento en que estos Juegos terminen.

—Te amo —Le hago saber, acariciando su nuca. El estúpido Agente se aclara la garganta, impaciente.

—Y yo a ti, mi princesa —Me sonríe y se da la vuelta para seguir al histérico hombre—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Y yo a ti, mi princesa —Me sonríe y se da la vuelta para seguir al histérico hombre—. Volveré pronto, nos vemos en la Gran Sala.

   Yo asiento, pero no puedo alejar mis patéticos pensamientos. Nunca lo han intervenido de esa forma, espero que no haya hecho algo malo. Que no haya divulgado cosas sobre los rebeldes.

Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora