Capítulo 18 [3]

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   Snow no puede tolerar que le hagan parecer un tonto. No importa si nos seguían al segundo apartamento o asumían que fuimos directamente bajo tierra. Ellos saben que estamos aquí y han liberado algo, una manada de mutos probablemente, empeñados en encontrar a Katniss.

—Katniss —Salta por la proximidad del sonido. Buscando desesperadamente su fuente, el arco cargado, buscando un objetivo para golpear—. Katniss.

   Los labios de Peeta se mueven desesperadamente. Finnick se pega a mi cuerpo cuando nota que mis pupilas comienzan a ponerse oscuras. Levanto la mirada y noto que mi mejor amigo se encuentra de la misma forma. Yo dejo salir un grito, asustando a todos en la habitación. Peeta y yo estamos programados para responder al coro de murmuros, para unirnos a ellos.

—Katniss —De pronto, él está sentado, con los ojos muy abiertos en alarma, dificultado para respirar. Arremeto rápidamente contra la castaña al ver que le apunta la cabeza a mi mejor amigo con su arco. Sus ojos se abren sorprendidos y yo respiro fuertemente en su rostro, furiosa—. ¡Katniss!

—¡Katniss! ¡Sal de aquí! —chillo peleando contra mí misma, Peeta se encuentra igual.

    Sé que tengo armas apuntándome ahora mismo, puedo escuchar cómo las temblorosas manos de Finnick se aferran a su arma, dispuesto a asesinarme o a matar al primero que me dispare en la cabeza.

    Sé que tengo armas apuntándome ahora mismo, puedo escuchar cómo las temblorosas manos de Finnick se aferran a su arma, dispuesto a asesinarme o a matar al primero que me dispare en la cabeza

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—¿Por qué? ¿Qué está haciendo ese sonido? —cuestiona, apoyando una mano en mi hombro, haciéndome suspirar asustada.

—¿Por qué? ¿Qué está haciendo ese sonido? —cuestiona, apoyando una mano en mi hombro, haciéndome suspirar asustada

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—No lo sabemos. Sólo sabemos que tiene que matarte —dice Peeta por mí—. ¡Corre! ¡Fuera! ¡Vete!

—Sea lo que sea, está detrás de mí. Puede ser que sea un buen momento para separarnos.

—Pero somos tu defensa —se queja Jackson.

—Y tu equipo —añade Cressida.

—No voy a dejarte —afirma Gale.

   Yo dudo, si las cosas se me van de las manos, entraré en fase y me iré corriendo lo más rápido que pueda.

   Miro al equipo, armados únicamente con cámaras y libretas de apuntes. Y ahí está Finnick con dos pistolas y un tridente. Cuando suelto a Katniss, ella le sugiere que le dé una de sus armas a Castor. Extrae el cartucho vacío de Peeta, lo carga con uno de verdad, y arma a Pollux. Ya que Gale y ella tienen arcos, entregan sus armas a Messalla y a Cressida. No hay tiempo para mostrarles otra cosa que la forma de apuntar y apretar el gatillo, pero en lugares cerrados, puede ser suficiente. Es mejor que estar indefensos. Ahora el único sin una arma es Peeta, pero cualquiera susurrando mi nombre con un grupo de mutos no la necesita de todos modos.

Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora