Capítulo 26

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   Escucho los gritos de horror y aullidos de incredulidad venir desde la sala del Distrito 1, y sonrío burlona.

—No quisiera ser Beetee ahora mismo —Murmura Finnick. La gran idea de su tributo de minar todos los suministros se reflejará en él como mentor, y los mentores de los Profesionales no toman bien los contratiempos—. Espero que sepa cómo agacharse y correr. No creo que Enobaria se contendría de usar sus dientes en él.

—Yo se lo advertí —Repongo, sonriente—. Le dije que eso podría ocurrir, pero no quiso creerme.

—¿Effie? —Pregunta Haymitch, provocando que incline mi cabeza hacia la puerta.

   Está claro que Finnick no quiere involucrarse e irritar a nuestros a veces aliados, y Chaff y Haymitch están pegados a la pantalla y a la seguridad de nuestros tributos. Yo iría, pero no me veo lo mentalmente sana como para hablar con ellos sin despotricar.

—Bien —Dice ella, gruñendo y dejando la habitación para ir a rescatar a Beetee.

   Los Agentes de la Paz se asegurarán que no sean asesinados, pero no creo incapaces a los Organizadores de los Juegos de mostrar algunas tomas de él siendo maltratado, como hicieron conmigo cuando me volví loca por Peeta.

   Ahora todo Panem siente lástima por mi y por Peeta, algunos incluso rumorean que el panadero y yo somos novios, cosa que no tiene que pasar por sus cabezas. Se supone que Katniss y él son los amantes trágicos, yo no formo parte de eso. No es un triángulo amoroso.

   Ella regresa un momento después, seguida de cerca por un visiblemente asustado pero ileso Beetee. Aún puedes oír a los mentores de los Profesionales gritando y arrojando diversos objetos contra las paredes de la sala.

—Te lo dije —La voz de Enobaria se alza por sobre las del resto—. ¡Te dije que deberíamos haberla matado cuando tuvimos la oportunidad!

   Katniss está de pie pero increíblemente desequilibrada, y se cae sobre su costado después de un par de pasos. Permanece en el suelo sobre sus manos y rodillas. Tiene que salir de ahí. Los Profesionales oyeron las explosiones, y estarán rápidamente camino de regreso al campamento.

   Coloca una mano cerca de su oreja izquierda, y cuando la vuelve a poner frente a su cara podemos ver que está cubierta de sangre.

—Está sorda —Alerta Chaff, horrorizado.

   El terror que ella siente, incapaz de oír a sus atacantes e incapaz de escapar corriendo, debe ser intenso.

   Ella coloca su capucha sobre su cabeza y gatea hacia adelante lentamente. Otra explosión de una mina descarriada la arroja contra el suelo. Ocurre otras dos veces mientras gatea hacia la protección de los bosques. Apenas está fuera de la vista cuando Cato aparece como una tromba por entre los árboles y hacia la llana extensión del claro, seguido de cerca por sus aliados.

   Sería cómico observarlo tirarse del pelo y patear el suelo, gritando obscenidades, si no estuviese temiendo por la vida de Katniss. Sólo puedo ver la mitad inferior de mi tributo, oculta como está entre los árboles.

   El tributo de Beetee arroja una serie de piedras hacia el aún humeante círculo.

—Están todas detonadas —Dice con un nerviosismo fácilmente discernible.

   Sabe que está en problemas. Todos los Profesionales se acercan a los montones medio en llamas. No encuentran nada que salvar.

   Cato se gira furioso hacia el tributo del Distrito 3, saliva volando de su boca cuando grita.

—¡Esto es todo tu culpa! ¡Tú y tu estúpido plan! ¡Apuesto que estabas con 12 todo el tiempo!

   El chico del Distrito 3 hace un valiente esfuerzo por girarse y huir, pero Cato lo atrapa con un musculoso brazo y le rompe el cuello con un ligero movimiento. El chico no tenía ni una posibilidad. Pudo haber sido un genio tecnológico, pero afuera en lo salvaje eso no es suficiente.

Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora