Capítulo 40

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   Katniss pasa un par de horas camuflando la cueva, comiendo y preparándose para partir. Los otros tributos están preparándose para el Banquete de modo similar, con una notable excepción. La chica pelirroja del 5 está agachada, inmóvil y vigilando la Cornucopia sin parpadear, igual que estaba cuando me preocupé por mirar una hora atrás. Medio muerta de hambre y sola, la chica está lista para saltar a la acción en el momento en que Claudius dé por abiertas las festividades.

—Sesenta y tres —bosteza Finnick con apenas disimulado aburrimiento, su mentón apoyado en la mano. Está sentado en la punta cama, junto a mí. Decidí descansar hace media hora aproximadamente, y él se me unió. De vez en cuando apoya su mano en una de mis piernas y la aprieta levemente para hacerme saber que está junto a mí.

   Sé que está volviendo loco a Haymitch. Ha estado contando al azar por al menos una hora y creo que mi padre no lo soporta más.
En cambio, a mi me da cierta tranquilidad, ya que puedo escuchar su voz todo el tiempo.

—Odair, ¿qué estás haciendo exactamente? —ladra el rubio, girando su silla para mirarlo. Finnick ni siquiera se mueve, por lo que decide preguntarme a mí. Yo le respondo encogiéndome de brazos, la verdad que no tengo ni idea de lo que hace.

—Contando las veces que Jengibre parpadea, Abernathy —responde, monótono, sus ojos aún pegados a la pantalla—. Eso es casi la cosa más interesante que estuvo pasando la última hora.

   Haymitch enarca las cejas y abre la boca para decir algo, lo piensa, sacude la cabeza, y gira su silla de vuelta a las pantallas. Quizás iba a insultarlo, y se arrepintió.

   Últimamente las cosas entre ellos dos no van del todo bien

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   Últimamente las cosas entre ellos dos no van del todo bien. Finnick no para de sacarlo de sus cabales, la relación yerno-suegro no funciona como lo esperado.

—¿Se llama Jengibre? —pregunto, observando la pantalla de Katniss.

   Lo veo encogerse de hombros por el rabillo del ojo. Nunca me preocupé por aprender su nombre. Estaba muy ocupada con mis cuatro tributos. La chica del 5 no está exactamente nadando en patrocinadores. Lo adviertes con sólo mirarla. No ha tenido una comida decente desde que Katniss tuvo éxito en volar la comida y ella es seriamente deficiente en habilidades como "cazar" o "encontrar comida". De algún modo, sin embargo, se las arregló para mantenerse con vida. Su sigilo es una definitiva marca a su favor.

   Los Organizadores de los Juegos deben pensar igual que Finnick acerca de la falta de acción en el último rato, y encontraron algo con que remediarlo. Al cabo de unos minutos, la pantalla de transmisión en vivo está mostrando imágenes de los Distritos que quedan compitiendo en los Juegos, de las atestadas plazas donde la gente se reúne, preparándose a ver el Banquete que se aproxima. Los reporteros están fuera a toda máquina, hablando con los familiares y amigos de los Tributos que quedan.

   Haymitch pone en "mudo" a la pantalla y provoca que vuelva a poner toda mi atención a Katniss. Ella terminó sus preparaciones y está en estos momentos acostada junto a la forma inerte de Peeta, tratando de descansar antes del gran espectáculo. Debe hacer frío en la Arena, a juzgar de cómo se acurruca junto a él.

Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora