Epílogo del segundo libro

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*POV Finnick*

   Despierto, no sé donde me encuentro, escucho gritos... gritos de Katniss, me levanto y puedo notar que Beetee yace dormido a mi lado.

   Camino con cuidado debido al dolor que siento en la cabeza y el cuerpo, me arrastro por un pasillo. Al ver claramente, puedo notar que es un aerodeslizador. No es hasta que estoy frente a una puerta que los gritos son más fuertes, es Katniss gritando cosas como "Lo prometiste", no me importa qué sucede, debo encontrar a Phira.

 No es hasta que estoy frente a una puerta que los gritos son más fuertes, es Katniss gritando cosas como "Lo prometiste", no me importa qué sucede, debo encontrar a Phira

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   Las puertas se abren rebelando a Plutarch, Haymitch y Katniss a quien el pelilargo tiene tomada por ambos brazos y ella forcejea, el antes mencionado no luce bien... se ve pálido, demacrado.

—¿Qué está pasando? ¿Dónde está Phira? —miro a ambos, ignorando a Katniss, quien solloza. Haymitch evita mi mirada y Plutarch suspira, tapándose la cara.

—Ve a dormir Finnick —me aconseja Haymitch, tomando un trago de alcohol

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—Ve a dormir Finnick —me aconseja Haymitch, tomando un trago de alcohol.

—Lo sabrá de todas formas —interrumpe Plutarch.

—¿Saber qué?

—No lo entiendes, no podrá soportarlo...

—De igual forma debemos decirle.

—¿Decirme qué? ¿Dónde está mi mujer? —observo a ambos exigiendo una respuesta, Plutarch suspira nuevamente y me mira con lástima.

—Lo siento Finnick, no pudimos rescatarla, Snow tiene a Johanna, Peeta y Saphira —mi alma abandona mi cuerpo, todo mi cuerpo deja de existir, yo lo hago...—. No lograron quitarse los rastreadores.

   Al cerrar momentáneamente los ojos recuerdo que fue ella quién disparó la flecha. Hizo lo que se prometió a sí misma, logró sacarme del maldito Vasallaje con vida. Enviándose a una muerte segura en el Capitolio. Ojalá que haya muerto con el impacto del rayo, que no le hagan daño. Sin embargo, en el fondo de mi corazón, presiento que está viva, que ni un rayo ha podido acabar con su vida.

   Recuerdos de ella riendo, llorando, sonriendo pasan por mi mente y después todo se apaga. Hace tan poco había escuchado su voz y ahora... no la volveré a ver, no si está en el poder de Snow. Es peor que estar muerta. Mi irá se acumula, el plan no era este, dije que ante cualquier situación la salvaran sobre todo a ella no a mí. Dijeron que la sacarían porque era imprescindible para la maldita rebelión, me engañaron. Corro y sin pensarlo dos veces, estampo mi puño en Plutarch, lo tomo de la camisa y lo azoto contra la pared.

Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora