Capítulo 58

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   Nos dan una media hora para comer un cuenco de cereales calientes y estofado antes de que el equipo de preparación tengan listo a Katniss y a Peeta. Finn y yo mantenemos una acalorada conversación sobre cómo será la boda y que las invitaciones ya han sido repartidas.

  —¿Qué te parece si después de la boda volvemos al 4 a nuestra luna de miel y para que decoremos nuestra casa?

   Asiento frenéticamente ante la ilusión de ya ser marido y mujer. Viviremos en el 4, está decidido. Iremos a visitar a nuestros amigos del 12 una vez al año, luego de los próximos Juegos.

—Sí, me haría mucha ilusión mostrarte el lago, es un lugar muy hermoso.

—No mucho más que yo, mi princesa —Sonreímos, podemos estar desprolijos con ojeras en los ojos, maquillaje corrido pero yo lo veo como la persona más sexy en el planeta tierra. Al igual que él lo hace conmigo— Me encantaría que me lleves ahí, podríamos hacer un picnic. 

   Oigo unos leves toquecitos en la puerta, por lo cual me levanto de la mesa y me acerco hasta esta. Al abrir, el mismísimo Cinna se encuentra frente a mí. Lo abrazo y le vuelvo a agradecer por el vestido de ayer.

—Hola, lobita —Se disculpa al instante al llamarme de esa forma—

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—Hola, lobita —Se disculpa al instante al llamarme de esa forma—. Lo siento, es la costumbre. Todos aquí te llaman de esa forma, o incluso "Diosa del Capitolio"   

—¿Qué te trae por aquí, gran amigo?

—Bueno, venía a avisarle a Finnick que debe ir con Haymitch y Peeta, que se encuentran con Portia —El nombrado asiente, le da un trago a su café y se acerca a despedirse con un beso en la mejilla, para luego desaparecer por el pasillo—. También vine a prepararte. Vamos, ve a bañarte rápido, debes llegar antes que las cámaras.

 —¡Una Diosa nunca llega tarde, en todo caso los demás simplemente llegan temprano! —Grito mientras echo una corrida hasta el baño.    

   Después, me maquilla personalmente hasta que parezco irradiar un brillo suave y sonrosado, algo tranquilo. Charlamos de todo un poco, pero temo preguntarle sobre la chica en llamas y mi panadero.

   La entrevista se realiza bajando un poco por el pasillo, en el salón. Han vaciado un espacio y han colocado el confidente, rodeado de jarrones de rosas rojas y rosas. Sólo hay un puñado de cámaras para grabar el acontecimiento; al menos, no tendrán público delante.

   Caesar Flickerman le da un cálido abrazo a Kat cuando entra y conversan sobre los nervios de la entrevista. Entonces entra Peeta, muy guapo vestido de rojo y blanco, y la aparta a un lado. Habla muy preocupado sobre algo, para ser ignorado por ella. Se sientan de manera algo formal en el confidente, pero Caesar dice:

—Oh, adelante, acurrúcate a su lado si quieres. Queda muy dulce.

   Así que pone los pies en el asiento, a un lado, y Peeta la acerca a él.

Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora