Capítulo 11

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 《¿Cómo leen el nombre de Saphira? ¿Sapira o Safira?》

  Me coloco una bata, tratando de tapar el pijama que Snow envió exclusivamente para mí. Consiste en un baby doll, prácticamente negro, me llega hasta más abajo del trasero. Va en conjunto con una horripilante tanga, odio esto, estoy muy incómoda.

   Mi carta ya está lista, así que salgo de mi habitación y se la entrego al avox más cercano, explicándole que tiene que ser entregada a manos del Presidente Snow

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   Mi carta ya está lista, así que salgo de mi habitación y se la entrego al avox más cercano, explicándole que tiene que ser entregada a manos del Presidente Snow. Son aproximadamente las tres de la mañana, suelto un bostezo y me acerco lentamente a la cocina prendiendo la cafetera. Tardará unos minutos, por lo que me dedico a caminar por el compartimento, admirando cada detalle de las cosas que lo rodean. Suspiro con arrepentimiento, no puedo creer que hace unas horas pensé que Finnick haría lo posible para salvar a Peeta, una clara equivocación de mi parte.

   El "clin" de la cafetera se hace oír y comienzo a emprender camino hacia la cocina. Al darle un sorbo al café recién hecho recuerdo que el agua estaba hirviendo, pero no me importa, casi ni duele. Hay peores dolores en este mundo, no debo quejarme por estupideces. Lo termino en tres tragos y lavo la taza, aunque no sea mi trabajo.

   Al caminar por el pasillo me detengo en la puerta de Finnick, que está entreabierta

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   Al caminar por el pasillo me detengo en la puerta de Finnick, que está entreabierta. Puedo escuchar sus quejidos y lo veo temblar, hecho una bolita. Hay una sola explicación para eso, pesadillas. Rápidamente cruzo la puerta y la cierro detrás de mi, me acerco hacia él y poso delicadamente mi mano en su hombro derecho. Sus ojos se abren desmesuradamente y ahora solo respira agitadamente por la boca.

   Al darse cuenta de quien fue la persona que lo despertó, se sienta rápidamente sobre la cama y me estrecha la cintura entre sus brazos, hundiendo todo su rostro en mi vientre, dejando salir algunas palabras sin sentido. Sus respiraciones me hacen tener un leve cosquilleo en el estómago, acaricio su suave cabello cobrizo y poco a poco se tranquiliza.

—Ya pasó, Finnick. Fue una pesadilla, nadie puede herirte ahora, estás junto a mi —Gira levemente su cara de modo que la parte derecha de su rostro quede en contacto conmigo.

Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora