Simplemente tú.

13: Secreto

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∞— S E C R E T O —∞

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Los demás días pasaron rápido, solo era cuestión de semanas para la competencia intercontinental; competencia en la cual, no podría participar.

En la "reunión de chicas" que organizó Ámbar tuve un pequeño accidente, aunque, en realidad, no tan pequeño tomando en cuenta que me fracture el brazo tras una caída "accidental"; llegué a la conclusión que todo lo habría planeado Ámbar para perjudicar a Luna; mi mejor amiga no me creyó, pero piénsenlo, tenía sentido, lo haría para que el equipo de Luna no estuviera completo y no pudieran participar. Claro que no le salió del todo bien, porque sí me dejó fuera, pero Támara unió los dos equipos y ahora de igual manera participaría Luna, que era lo que Ámbar quería evitar.

Gastón estuvo más atento que nunca conmigo, dijo que con mi brazo así no podría hacer mucho esfuerzo, por tal razón, me ayudó con mi bolso y mis libros en el Blake. Y de igual fomra, en el Roller me acompañaba por si quería hacer algo y no podía. —Eso fue lo que me dijo él — Me parecía absurdo, pero no le dije nada, pues también me parecía muy tierno de su parte. Estuvo tanto tiempo junto a mi que en el blake se empezó a rumorear que estábamos juntos ¿Como podían creer eso? Un chico como él y una chica como yo ¿Juntos?

Creo que esta demás decir que no tuve mi cita en patines con Gastón.

El Open Music también se aproximaba, Luna intentó convencerme que participara pero, obviamente, me negué. No creía que fuera buena idea hacer el ridículo en un escenario, si bien ya lo había hecho en patines, no pensaba hacerlo ahora desde allí arriba.

Me encontraba sentada en una de las sillas de la cafetería del Roller esperando a Pedro con mi batido, el cual ya estaba llegando.

— Acá esta tu batido de fresa.

— Gracias Pedro — Agradecí.

— Hola Nina — Gastón llegó a mi lado y en seguida tomó asiento en la butaca libre a mi lado — Pedro —  A él simplemente lo saludó con un asentimiento cabeza.

Era algo cómico que siempre que estaba con Pedro llegaba Gastón, y lo más difuso de todo, era que el ambiente se tornaba algo incómodo. Con tan solo ver como se miraban, me sentía totalmente fuera de lugar.

— Me voy. Si necesitas otra cosa Nina, solo avisáme. — Me dijo Pedro, sonriéndome a medias y rascando su nuca incómodo.

— Si Pedrito, nosotros — Recalcó la última palabra — te avisamos. No te preocupés.

— Gracias Pedro. — Le dije, con una sonrisa en mi rostro. Él me sonrío de vuelta antes de retirarse.

— ¿Cómo estás? — Preguntó Gastón al irse Pedro.

— B-bien. — Balbuceé; ocasionando una rara mueca en el rostro de mi acompañante.

— No lo puedo creer. — Fingió  indignación mientras llevaba una mano a su pecho dramáticamente.

— ¿Que pasa?

— Tanto tiempo y todavía sos tímida conmigo.

Ah, era eso. Algo completamente normal tomando en cuenta mi historial de amigos, era algo totalmente común.

— ¿Enserio no me tenés ni un poco de confianza? — Su semblante se tornó esta vez más serio. — ¿No me considerás tu amigo? — Sentí un pinchazo en el pecho, claro que lo consideraba mi amigo y por supuesto que le tenía confianza.