E X T R A XII

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EXTRA XII: Seis meses”

N I N A

11.695 km

Cuando había leído aquella información en algún momento de mi niñez, nunca creí que me fuera a servir de algo, pero para mi sorpresa, sí me ayudó a saber que tan lejos estaría de Gastón esos últimos meses. Esos seis largos meses.

11.695 km de distancia entre Oxford y Argentina; entre él y yo.

— ¿Nina, estás segura de esto? — Volvió a preguntar mi mamá como por quinta vez, y yo igual de decidida que mis respuestas anteriores, asentí.

— Ya te dije que sí, mamá… Además esto me servirá también para visitar la universidad y comprobar si me gustaría estudiar ahí.

El rostro de mi mamá se relajó un poco, pero no lo suficiente como para querer estar de acuerdo conmigo. Y la entendía, no debía ser fácil dejar ir a su hija así como así, en busca de un futuro donde ella ya no estaría para protegerme —O sobreprotegerme, tal como ella—, brindándome su cariño y apoyo. Porque pese a que me había costado un montón que ella me dejara hacer esto, también se emocionaba un poco al hecho de que estaba un paso más cerca de mi futuro.

— Lo sé, Nina, lo sé… Pero pensá bien, yo ya no voy a estar para vos allá. — Me dijo ella, su voz teñida de angustia y sus brazos cruzados sobre su pecho. — ¿Qué tal si te enfermás estando allá?

— Mamá te estás preocupando demás, en Oxford también existen los hospitales ¿Sabías? — Ella me miró mal cuando se percató del sarcasmo en mi comentario, pero tan solo se limitó a asentir en respuesta.

Así como sabía que por más excusas que pusiera no iba a ser capaz de hacerme cambiar ni un poco de opinión, también entendía que yo debía hacer aquel viaje, y no solo por el hecho de que esa sería una gran oportunidad para mí de probarme ante la vida, de desenvolverme en un nivel personal. Porque si bien en el concepto intelectual estaba bastante desarrollada, no era un secreto para nadie lo mucho que me costaba avanzar en el ámbito social, y aquella era una excelente oportunidad para eso. Sin embargo, no era solo eso lo que me impulsaba a tomar aquel avión para Oxford, la otra razón —Bastante obvia, para todos— era Gastón y aquellos seis meses que no lo veía más que a través de una pantalla. 

Tiempos que se me habían hecho extremadamente largos, si se me permite decir. Porque la última vez que lo había visto fue cuando pasamos los primeros seis meses lejos y fue por primera vez a Argentina desde que se había ido. Cuando él había llegado de sorpresa y nos reencontramos todos en el Roller.

Repasando otra vez el número de puerta donde debía estar, suspiré, para luego despedirme de mi madre. Ella me repetía al oído  reiteradas veces lo mucho que me iba a extrañar y que la llamara cada cinco minutos si era necesario. Rodé los ojos ante eso, pero no podía negar que también iba a extrañar bastante la sobreprotección de mi mamá.

°°°°°

Casi podía sentir que el corazón se me saldría del pecho en cualquier momento, mientras esperaba mis maletas en la banda transportadora. Mi respiración estaba agitada como si hubiese corrido por horas y a duras penas pude pegar un ojo en todo el viaje. Lo vería. Después de seis largos meses, al fin lo vería de nuevo. Lo abrazaría hasta que se me cansaran los brazos y lo besaría hasta que se entumecieran nuestros labios. Seguramente Gastón ya se encontraba afuera esperándome, y nada podía superar la sonrisa de felicidad que había puesto cuando le había contado que iría a visitarlo. Por supuesto que no se negó ni un solo segundo, y lo primero que me dijo fue que él me recogería en el aeropuerto y que me quedaría con él en su apartamento. 

Simplemente tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora