París fue un viaje hermoso. La ciudad los había recibido en invierno, y a pesar de las bajas temperaturas, Gastón y Nina se sintieron a gusto, eufóricos y con la gran felicidad que los albergaba. En un viaje que duró un poco más de un mes, Nina conoció la mayoría de los sitios turísticos de la ciudad, Gastón ya había visitado el país durante su adolescencia, por lo que no le fue problema servirle de guía a su flamante esposa.
Los recién casados disfrutaron los últimos 15 días visitando bellezas como la Torre Eiffel, el arco de triunfo, o El puente de las artes, ese sitio donde dos enamorados colocaban un candado en las rejas del puente, para simbolizar su amor. Ellos lo hicieron. Escribieron sus nombres sobre el candado y, una vez cerrado en la reja, lanzaron su llave al mar; en señal de su amor inquebrantable.
También visitaron el Museo De Louvre, donde Nina estaba especialmente emocionada admirando artistas como Leonardo Da Vinci, Caravaggio, o Alejandro de Antoquía. Otra de las paradas también fue de ilusión para la chica, el sitio que inspiró una de las películas Disney más famosas; La catedral de Notre Dame.
Por otro lado, Los Jardines de Luxemburgo fueron el lugar perfecto para tomar más fotos de las que ya tenían, sonreían hacia la cámara y hacían algunas morisquetas de vez en cundo, imágenes que publicaban en sus redes sociales y enviaban a sus familiares y amigos.
También visitaron Disneyland Paris.
Recordemos que todas estas visitas fueron en los últimos 15 días del viaje, pues los primero 15 no salieron para nada de la suite del hotel, si es que me entienden. A pedido de Gastón, por supuesto... Aunque Nina no es que se quejó mucho que digamos.
Ambos volvieron a Oxford, después del mes.
Un año de matrimonio. Uno lleno de amor, cariño y aventuras. También tenían problemas como todos recién casados, pero podían superarlos. Juntos podían hacerlo. En ese año Gastón ya se había graduado de economía y se encontraba dirigiendo el departamento de administración de la empresa de su familia; él lo hacía muy bien, cada vez las ganancias iban en aumento gracias a sus conocimientos. Ganaba bien, lo suficiente para mudarse a un apartamento mucho más grande junto a su esposa, en una de las mejores zonas de Oxford.
Nina seguía estudiando, pronto se graduaría también y estaba tan emocionada por sus próximas pasantias, que sentía un revoltillo en el estomago cada vez que pensaba en ello, tantas emociones le hacían sentirse agobiada y muchas veces con ganas de devolver lo que comía. Los nervios, se decía a ella misma y le explicaba a Gastón. Al menos eso era lo que creía.
Nina llegó al edificio donde su esposo trabajaba, ella estaba tranquila, tan solo esperaba poder compartir un agradable almuerzo con Gastón, sin que nada se opusiera. La recepcionista ni la miró cuando llegó, con la excusa de que el Joven Périda estaba en una importante reunión intentó despacharla, ella estaba indignada, pero aún así puso todo de sí para que su expresión no revelara su molestia y simplemente siguió insistiendo.
- Como le dije Señorita, Gastón se encuentra en una importante reunión y no estará disponible por el resto del día. - Fue todo lo que dijo, sin siquiera dignarse a mirarla. Nina se preguntó porque se dirigía hacia su esposo con tanta confianza, e incluso estuvo a un suspiro de decirle que era la esposa de Gastón con quien hablaba, pero la chica frente a ella lo impidió. - Por favor le voy a pedir que se retire ¿Sabes cuantas chicas pasan por aquí diciendo ser la novia del jefe, para que las deje verlo? Lo siento, pero no voy a caer en eso.
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Simplemente tú.
FanfictionNina es una Chica bella, talentosa, y una de las mejores estudiantes del Blake, sin embargo, su personalidad introvertida y tímida no le permite gozar de las atracciones de su vida. Así que, guiada por su mejor amiga Luna, se enfrentara a muchos rie...