Simplemente tú.

44: Cuestión de tres semanas; Felicity For Now.

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T R E S  S E M A N A S:
F E L I C I T Y  F O R  N O W
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Meditando arduamente sobre lo que estaba a punto de hacer, indagué en mis últimos posts una vez más, totalmente consciente de que si presionaba el "publicar" que se encontraba en letras grandes en la pagina, ya no habría vuelta atrás.

Había cedido. Eso era lo cierto.

Esas tres semanas en las que Gastón estuvo de reposo y en las que al salir del Blake inmediatamente me iba a cuidarle en su casa, les habían sido de mucha ayuda a mis insistentes, pero amorosos amigos, al lograr que de una vez por todas estuviera de acuerdo con ellos al querer revelar la verdadera identidad de Felicity. No me puse en contra de la idea, pues al fin y al cabo también yo lo quería, además llegué al acuerdo con ellos de que si lo hacía, lo haría a mi manera.

— Eh, Nina. — Me llamarón. Alcé mi vista y la paseé por toda la sala de espera del hospital, y enseguida sonreí al ver a Gastón sin muletas ir a mi encuentro.

— Que bien, ya me estaba aburriendo aquí. — Dije, bloqueando la pantalla de mi celular y guardándola en mi bolso al ponerme de pie. — ¿Cómo te fue en la consulta? — Pregunté

Gastón sonrió y alzó lo suficiente su pie izquierdo para que quedara a la vista, levantó un poco el pantalón permitiéndonos ver el escaso vendaje que cubría parte de su tobillo.

— Todo excelente. — Anunció. — ¿Y, a vos? ¿Cómo te fue?

En esas tres semanas también se habían desbloqueado ciertos recuerdos en mi memoria, ahora podía decir que ya completamente todo estaba en su normalidad. Por eso, decidí aprovechar que Gastón tendría que ir al traumatólogo a que por fin le quitaran la férula y asistir yo también a consulta ese día, aunque claro, más por influencia de Gastón, Luna y mi mamá que por mí misma. Es que no lo creía necesario, ya mis recuerdos completos habían vuelto... ¿Para qué asistir?

Todavía recordaba la cara de incertidumbre que había puesto en Gastón al preguntarle por Xavi, quien era parte de las memorias que me faltaban por recordar. Estábamos en su casa viendo una película, cuando de pronto el nombre vino a mi mente tan deprisa que me dejó un tanto perpleja, murmuré su nombre de una vez y en cuanto una sonrisa afloró en mis labios, el rostro dudoso de Gastón se intensificó. Le expliqué la situación y de igual manera, recordé también a su familia, el día de la cena y otros datos más que estaban perdidos. Por supuesto que enseguida, casi me obligó a ir al hospital a dejar las buenas nuevas, pero hice el trato con él que iría cuando a él le tocara.

— Me revisaron y dijeron que todo estaba bien. También me explicaron que a algunas personas les cuesta recordar más que a otras, por lo que era normal que yo hubiese tardado. — Manifesté, entrelazando su mano con la mía en lo que atravesábamos las puertas del hospital. — Lo que yo había dicho. — Agregué, con una sonrisa burlona.

Y era cierto, se lo había dicho millones de veces y a ninguna le prestó atención. Y muchísimo menos cuando mi mamá se enteró de mis recuerdos y lo apoyó en su sobreprotección.

¡Exagerados!

— Ya, ya... Pero era mejor prevenir. — Se encogió de hombros, haciendo un gesto despectivo con la mano que quedaba libre, mientras que el sonido de una notificación sonaba en su celular. Lo sacó del bolsillo trasero de su pantalón y observó en la pantalla de inicio lo que había llegado.