Simplemente tú.

17: Explicaciones.

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❇— E X P L I C A C I O N E S —❇

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Me estaba enamorando y me encantaba. Me encantaba saber que era correspondida, tal vez no a tal magnitud, pero era feliz de saber que tal vez pronto le sucediera lo mismo que a mí.
¿Quién sabía?  ¿No?

Estaba positiva pero sobretodo feliz. Es que, ¿Quien no podría estar feliz con semejante acompañante? Tal vez también había un poco de tristeza por el tema de Luna, pero todo se solucionaría pronto, confiaba en nuestra amistad.

Gastón y yo caminábamos por los pasillos del Blake, él intentando agarrar mi mano varias veces y yo alejándola disimuladamente. Aún seguía nerviosa, es que todo parecía tan irreal que me daba miedo que me hicieran poner los pies en la tierra de una manera no agradable.

— ¿Por qué no querés tomarme de la mano? — Preguntó de pronto Gastón.

Vaya, parece que no fui tan disimulada como pensé.

— ¿Qué? ¿Por qué decís eso? — Pregunté, con fingida confusión y con los nervios comenzando a aparecer.

— Cada vez que intento tomar tu mano la alejas. ¿Querés mantener lo nuestro en secreto? — Su semblante pareció adquirir rasgos de decepción, mientras que su tono de voz sonó un tanto triste.

— No, no quiero eso. ¿Por qué lo pensás?

— No sé, es que te noto algo.. Discreta.

— No, no es eso. — Suspiré derrotada, totalmente consciente se que tendría que decirle la verdad. — Es que me pongo algo nerviosa; sos mi primer novio y no sé cómo actuar. Eso es todo.

— ¿Es solo eso? — Asentí.

— Bien. Primero — Alzó el pulgar para comenzar a enumerar con los dedos — No tenés porqué estar nerviosa, aparte de tu novio también soy tu amigo. Segundo, no tenés que actuar diferente, como sos tal cuál me encantás. — Sonrió, ocasionando que mi ritmo cardíaco se acelerara —Y por último, pero no menos importante, me parece bien que no quieras mantener nada en secreto, porque yo no quiero, aparte quiero presumirles a todos mi hermosa novia. — Bromeó, su rostro dividiéndose en una gran y hermosa sonrisa.

Sonreí nerviosa y tomé su mano.

— Si no querés, está bien. Con tal de que estés junto a mi, todo bien.

Mi sonrisa se ensanchó por su declaración, sabía  que quería aportarme esa seguridad que necesitaba, así que decidí dar todo de mi también para hacerlo sentir bien.

— Sí, si quiero. — Le dije, confiada y segura.

Sonrió y entrelazó nuestros dedos. Nada más sentir su tacto me estremecía sorprendentemente. En serio nunca creí que todo eso pudiera llegar a pasar, mucho menos con Gastón, un chico imposible, con alguien como yo; la chica invisible.

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Me encontré con Luna en el salón, sentada y con la mirada perdida. De una vez me sentí terrible, no me gustaba para nada ver a mi amiga así; ella siempre era tan llena de energía, que al verla así, me hacía sentir mal a mí también.

La clase y el resto del día pasó en un abrir y cerrar de ojos; Luna y yo nos reconciliamos al salir, pues coincidimos en que no podíamos discutir por un tema como ese, además de que iba a tratar de arreglar las cosas con Simón.