Simplemente tú.

47: Un nuevo destino junto a vos

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U N  N U E V O  D E S T I N O
J U N T O  A  V O S
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Mi mamá picaba verduras y vegetales en la encimera de la cocina mientras que yo, sentada en un taburete frente al desayunador, llevaba un aproximado de media hora con la vista clavada en los papeles que tenía en mis manos. Ella me miraba curiosa de vez en cuando, buscando que le explicara el motivo de mi semblante ambiguo.

Era tarde para el Blake; pero ahí estaba yo, aún con la pijama puesta sin siquiera desayunar, perdiendo el tiempo al mirar unos papeles como si estos me fueran a dar las respuestas de todas mis preguntas y completamente absorta en mis pensamientos.

— Nina… — Comenzó a hablar mi mamá dudosa, dejando el cuchillo a un lado para dejar toda su atención en mí. — ¿Qué te pasa? ¿Qué mirás tanto? — Preguntó.

— ¿Sabías del regalo de mi papá? — Contesté yo en cambio.

Tenía en cuenta lo mucho que mi mamá odiaba que respondieran a sus preguntas con otras preguntas, sin embargó así lo hice, porque en ese preciso instante lo único que me importaba era ordenar todo en mi mente.

— ¿Qué regalo? — Al parecer no se percató de lo que hice, o simplemente prefirió ignorarlo para llegar más rápido al punto en específico.

Yo le tendí los pasajes que aún sostenía, desviando la mirada cuando los tomó. Me encontré con la imagen de Kashi comiendo tranquilamente de su platito con croquetas para perro en la esquina donde justamente tenía parte de sus pertenencias, masticaba sin problemas, totalmente ajena a nosotras.

Creí escuchar cómo mamá jadeaba un poco al leer lo qué allí se encontraba; sinceramente me lo esperaba.

— ¿Miami? — Preguntó retórica, aunque sinceramente sonaba más cómo afirmación. — ¿En que estaba pensando tú papá? Claramente no me consultó nada.

— ¿No me dejarás ir?

Ella cerró los ojos en medio de un suspiro, replanteándose la situación.

— ¿Cuándo es? — Inquirió

— Aunque las fechas están libres, es para éstas vacaciones. — Contesté, sabiendo lo que venía a continuación.

— ¿Éstas vacaciones? Nina, mi agenda está repleta para éstas vacaciones, además Mora me pidió ayuda para uno de sus desfiles y no la puedo decepcionar. — Lo sabía; todo eso ya lo sabía.

Sabía que mamá estaría completamente ocupada, aparte de que Mora le pidió ayuda para el dichoso desfile durante una de las cenas, estando yo presente. Lo sabía todo, por eso había dudado y lo había pensado tanto para decirle mis planes.

— Mamá… Vos no me vas a dejar viajar sola, y yo quiero ir. — Le dije, encogida en mí asiento mientras jugaba nerviosamente con mis dedos.

Soltó un suspiro, dejando su intimidante mirada en la mía.

— Entonces, podrías decirle a una de tus amigas… Luna o tal vez… — Noté que inhalaba profundamente, seguramente analizando muy bien lo que estaba a punto de decir. — O tal vez a Gastón. — Dijo al fin.

En seguida que escuché eso me erguí en mi asiento, alcé mis vista hacía ella lo más rápido que pude y sonreí.

— Luna no podrá, ella irá a Cancún. — Contesté despectivamente, como dejando eso de lado. — ¿Vos enserio me dejarías viajar con Gastón? — Le pregunté, observando cómo volvía a su tarea de cortar vegetales, así que cuando estaba de espaldas a mí simplemente se encogió de hombros.