Simplemente tú.

18: Invitaciones y convencimientos

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I N V I T A C I O N E S
Y
C O N V E C I M I E N T O S
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— Gastón es mi novio. — Dije sin más, con los ojos fuertemente cerrados y soltando un suspiro al finalizar la frase.

Ya estaba hecho, lo había dicho.

Ambas quedaron atónitas ante tal noticia, totalmente sorprendidas. Y realmente no sabía si eso era bueno o malo, yo simplemente esperaba lo peor, pues no creía que a mamá le agradara la idea de que su niña —Como ella me decía— tuviera novio. No obstante, derrumbando totalmente la reacción que creía que tendrían, apareció una gran sonrisa en los rostros de ambas, con un signo de alegría notable en su mirada.

— ¿Es en serio? — Preguntó Mora, sin ningún tipo de expresión en su rostro que pudiera decirme lo que pensara. Yo tan sólo me limité a asentir —Bueno, esto es inesperado pero me encanta Nina. Me encanta que te abras al mundo y experimentes cosas nuevas —Exagerada como siempre, ella iba moviendo sus manos al compás de sus palabras, enfatizando lo que decía.

Una enorme sonrisa se expandió por todo mi rostro al comprender que al menos Mora sí lo había aprobado y, teniendo en cuenta de que ella era la mejor amiga de mi mamá, eso le sumaba bastantes puntos a favor a Gastón. Miré a mi progenitora expectante, curiosa de su reacción.

— Bueno... — Comenzó a hablar ella, tensionando el ambiente — Realmente eso me parece fantástico, Nina. Estoy de acuerdo con Mora al decir que está bueno experimentar nuevas experiencias, pero... —  La sonrisa en mi rostro titubeó al escuchar ese 'pero' — ¿Tu papá ya sabe de esto? — Concluyó

La sonrisa se borró completamente, sabía que no todo podría ir tan bien.

— N-no — Balbuceé, con la cabeza gacha.

— Nina, tenés que decirle. — Dijo, su rostro brillando y una sonrisita creándose. Casi podía ver los engranajes de su cabeza dando vueltas y  las ideas asomándose ¿Que tramaba? — Es más... — Continuó, dirigiendo su mirada a mi lado — Gastón. ¿Estás disponible el viernes por la noche?

Giré en su dirección y lo encontré mirándome. Y me sentí mal, es que con toda esa tensión que se había originado ni siquiera me acordaba de él.

Dejando su atención en mi mamá y con el ceño levemente fruncido, asintió. Él, al igual que yo, estaba confundido.

— Bien. Entonces... Podrías venir a cenar — Continuó mi mamá, más como afirmación que como pregunta. — Así te presentas al padre de Nina. Y te conocemos mejor.

¿Qué? ¿Una cena?

Gastón volvió a dejar su mirada en la mía y en seguida asintió.

— Sí, por supuesto. — Se apresuró en contestar, sin ningún rastro de dudas en su voz — Estaría encantado — Finalizó

Entonces Gastón y mi papá se conocerían, tan solo tendría que irme preparando mentalmente para lo que pudiera suceder. Y es que, afortunadamente Papá no era una persona sobreprotectora, puesto que yo no le había dado motivos para que me sobreprotegiera, pero esa vez era distinto; tenía novio y no sabía a qué atenerme respecto a su reacción. Quizás lo aceptaría de buena manera o tal vez sacara a Gastón corriendo de casa. ¿Quien sabía, no? Todo podría pasar.