Simplemente tú.

32. - Desaparición.

– ¿Xavi? – Murmuré, lo suficientemente alto para que me escuchara.

–Sí, Nina. ¿Como estás? – Preguntó dándome un fuerte abrazo, el cual le correspondí al instante. – Jamás pensé que podría encontrarte aquí. – Sonrió tomándome por los hombros, mientras yo seguía totalmente impresionada con lo que estaba pasando. – Digo, deseé poder encontrarte acá, pero no creí que pudiera pasar. Todo esto es increíble.

Decímelo a mí; pensé.

¿En serio estaba pasando? ¿Xavi estaba allí?

–Sí, lo sé, yo tampoco lo puedo creer. – Así era, totalmente increíble, pero por más que quisiera seguir debatiendo con él lo fascinante que parecía todo, también quería respuestas. – Pero... ¿Qué hacés aquí?

–Es que mi colegio es uno de los patrocinadores de esta increíble celebración, algunos estudiantes tenían que hacer acto de presencia, quedé entre los seleccionados, y pues... Aquí estoy.

Pues si.. Ya me di cuenta...

Ahora todo cobraba algo de sentido, el instituto extranjero del cuál todos hablaban y nadie sabia de donde era, resultó ser de Brasil, y nada más que donde Xavi cursaba.

Más que increíble era sorprendente. Que casualidad de la vida encontrarme con Xavi justo así, digo, intenté contactarlo muchas veces y nunca lo logré, encontrarlo justo en ese momento por un festival interinstitucional, era algo que llegaba hasta a rayar la locura.

Y que justamente apareciera cuando estaba más que cómoda con Gastón...

Esperen un segundo... ¡Gastón!

De inmediato giré mi rostro hacía donde segundos antes estaba, ocasionando que Xavi también mirara en la misma dirección.

Me relajé un poco al ver que Gastón aún se encontraba allí, recostado en un árbol que estaba cerca, con sus brazos cruzados y su semblante completamente confundido.

– ¿Él estaba ahí antes? – Preguntó Xavi por lo bajo para que solo yo escuchara, sin embargo no lo logró, pues Gastón de inmediato se enderezó y dio respuesta a su pregunta.

– Sí, estaba aquí mucho antes. – Contestó Gastón, indignado y fastidiado.

Xavi rió un poco avergonzado y le tendió la mano.

– Lo siento, no te vi. Soy Xavi. – Dijo – Es que con ella, me distraje muy fácilmente.

Gastón enarcó una ceja e inclinó levemente la cabeza. Conocía esa manía de él, eso lo hacía cada vez que estaba ansioso, incomodo, fastidiado, nervioso... O molesto.

Pero... ¿Por qué estaría así?

– Yo soy Gastón. – Contestó estrechando su mano. – Su novio.

– ¿Su novio? – Dirigió su mirada hacía mi. – ¿Él es tu novio? – Su semblante cambió radicalmente, se notó que su euforia bajó de nivel, mientras su mirada esperaba alguna respuesta expectante.

–Sí... – Logré asentir, hasta que Gastón interfirió.

– Y estábamos muy ocupados hasta que llegaste a interrumpir. – Trató de bromear.

– Lo siento, es que vi a Nina y la quise saludar. – Aclaró. – Pero creo que es mejor que vuelva adentro, nos vemos Nina. – Alcé mi mano en señal de despedida, y le di una tímida sonrisa.

–¿Entramos nosotros también? – Preguntó Gastón.

Asentí, y enseguida nos adentramos a la fiesta tomados de manos, mientras yo seguía impresionada por lo que acababa de pasar.