Simplemente tú.

14: Viviendo el sueño

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V I V I E N D O
E L
S U E Ñ O
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Estaba esperando a Luna en la plaza cerca del Roller, pues me había dicho que tenía un asunto muy importante que tratar conmigo y que no podía esperar.

Toda la mañana en el Blake estuvieron todos más raros de lo que ya estaban, siempre que los encontraba hablando se callaban al instante en el que me veían, principalmente Luna y Gastón. Se veían sospechosos, parecía que estuviesen planeando algo y no quisieran que nadie se enterase, hablaban en susurros y miraban a los lados percatándose que nadie más los escuchara. Le pregunté a Luna sobre eso, pero obviamente se negó diciendo que eran cosas mías, me dio una excusa que no me creí y me citó en la plaza para explicarme mejor las cosas.

Entonces ahí estaba, esperando las explicaciones de mi mejor amiga, quien estaba retardada y no contestaba mis llamadas ni mensajes.

Así que, aproveché el tiempo de espera para sacar algunas fotos con mi cámara y percibir la tranquilidad en el ambiente. Era una linda tarde, estaba soleado pero no hacia calor, el aire fresco mantenía un clima templado y agradable. Y sentía, que pronto el día se iba a poner mejor.

De pronto, irrumpiendo en mi contemplación, mi celular sonó con un mensaje.

De: Luna🌙

Amiga, te estoy esperando donde quedamos.

Habíamos quedado en un lugar específico, ya que ninguna se quería perder. Cuando llegué a la plaza a la hora que teníamos pautada fui directamente hasta allá, pero como Luna aún no llegaba me paseé por la plaza con mi cámara para sacar algunas fotos, ver la naturaleza y pasar el tiempo mientras esperaba.

Fui hasta el sitio otra vez, pero Luna aún no estaba, de hecho no había nadie. En seguida me dispuse a devolverme, pero cuando me di vuelta escuché una voz a mis espaldas.

— Nina — Dijo esa voz, buscando detener mis pasos cuando ya me encontraba de espaldas.

Inmediatamente giré mi cuerpo 180° en su dirección. Sabía quien era, por eso volteé, para averiguar qué hacía ahí. Cuando lo hice, lo primero que noté fue a Gastón parado frente a mi, con una guitarra en sus manos.

— Gastón. ¿Qué hacés aquí?— Pregunté, mirando la guitarra con el ceño fruncido.

— Ayer te dije que hoy le diría lo que siento a la chica que me gusta. — Dijo, dejándome más confundida aún. Lo miré extrañada ¿Que tenía que ver yo? — Y eso es lo que voy a hacer. — Continuó.

— ¿Gast... — No me dejó terminar, simplemente cerró sus ojos y con un movimiento vago de una de sus manos me pidió amablemente que me callara.

— Solo escuchá, por favor.

Asentí.

Al instante acordes se empezaron a escuchar y a inundar mis sentidos auditivos, a continuación, su armoniosa voz en una melodía hermosa.

Eres mi flor favorita en un cuento de hadas

Eres la frase más bella jamás escuchada

Eres el frío, el calor