mil y una mariposas. | kookmin

1. jk

Cuando nuestras miradas se cruzan por primera vez, una pequeña mariposa se posa sobre su hombro derecho y el Sol ya se está poniendo, dejándonos con una noche silenciosa en este club nocturno. Las luces del escenario alumbran su espalda cuando aquella mariposa comienza a batir sus alas.

Unas manos delicadas como las alas de aquella mariposa me invitan a entrar en aquel laberinto lleno de acertijos, y una sonrisa traviesa me hace temer a aquella sombra en el suelo, aquella que se extiende hasta la punta de mis pies. Pero algo me atrae hacia él. Quizás sea su mirada penetrante, una mirada que te invita a creer que puede llegar a ver hasta el rincón más oscuro de tu alma. Quizás sea la forma en la que echa su cabeza hacia atrás al pasar la mano por su pelo; quizás este simple gesto me incita a querer estar frente a él. O, quizás, ese aura de peligro y fragilidad me invita a intentar descifrar aquel gran misterio que esconde en algún rincón de él.

Aún no sé qué me empuja a adentrarme en aquel laberinto que es él, pero aún así y sin miedo alguno, entro.