71. nj

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Al girar hacia la derecha y toparme con una calle que parece no tener un final, descubro una silueta tambaleándose de un lado a otro, apoyándose en una farola para no perder el equilibrio. La luz le ilumina parcialmente, dejándome ver una parte de su rostro, llevándome a reconocerle enseguida.

Me aproximo a él apresurado, preguntándome porqué acaba de abandonar ese maldito club en medio de la noche.

-¡Jungkook!

Exclamo su nombre intentando llamar su atención pero es inútil, y comienzo a pensar que ni siquiera sabe dónde se encuentra. Mira hacia la izquierda y luego a la derecha, para después mirar hacia atrás y por último al suelo. Me atrevería a asegurar que la soledad y desesperación le devoran lentamente.

-¿Estás bien?

Al sentir mis manos sobre él, se extalta asustado y me otorga una mirada confusa al escrutarme entre cerrando sus ojos, los cuales parecen estar al borde de las lágrimas.

-Tranquilo. -Intento calmarle al pasar mi mano por su pelo- Soy Namjoon.

Suspira aliviado, para acto seguido apoyar su frente sobre mi pecho y balbucear unas palabras que no soy capaz de entender. Tan solo escucho sus sollozos ahogados y el susurro de los pájaros entrometidos que aún vagan por el cielo nocturno.

-¿Jungkook?

Pero es incapaz de mediar palabrar. Se limita a descansar sobre mí mientras acaricio su pelo y suspiro, dejando que la preocupación se apodere de mí.

-Llamaré a un taxi, ¿vale?

Asiente de forma casi imperceptible, tan solo moviéndose levemente para que pueda sacar mi móvil del bolsillo de mi pantalón.

Y así, bajo miles de estrellas y la atmósfera pesada que nos envuelve, nos mantenemos en silencio. Mis intentos por consolarle parecen caer en saco roto, y él falla al tratar de detener esas lágrimas que se deslizan veloces por sus rojas mejillas. Detrás de nosotros, las luces del cartel de neón del club se apagan y escucho el ruido de la puerta cerrarse bruscamente.

-Disculpa. -Una tímida voz me llama, así que giro mi cabeza- ¿Conoces a este chico?

Una muchacha de pelo largo y ojos grandes y expresivos aparece en la penumbra de la entrada solitaria, mostrando una expresión compungida.

-Sí. -Le brindo una sonrisa tranquilizadora- Soy su amigo.

Suspira embargada por un gran alivio y sonríe al bajar las escaleras para aproximarse a nosotros y plantarse justo enfrente, para acto seguido pasar su mano amable por la espalda de Jungkook, también intentando consolarle.

-Ha pasado la noche entera bebiendo en mi local. -Comienza a explicar- Y cuando llegó la hora de cerrar, le dije que me esperara aquí afuera mientras terminaba las cuentas y que le llevaría a casa.

Lleva su mano derecha al lugar donde debería estar su corazón, e inclina sutilmente la cabeza, invitándome a pensar que sigue preocupada por la figura que se interpone entre nosotros.

-No quería dejarle volver solo a casa. -Me confiesa- No así.

Asiento en señal de que la comprendo, y extiendo la mano que no está ocupada acariciando su pelo castaño para ofrecérsela.

-Soy Namjoon.

Sonriente, acepta mi agarre y aprieta con fuerza.

-Mi nombre es Suran.

-Gracias por cuidar de Jungkook.

Niega enérgicamente repetidas veces, como si mis palabras no tuvieran sentido para ella.

-No tienes que agradecerme nada. -Clava sus ojos indulgentes sobre el cuerpo que está apoyado sobre mí- Cualquiera habría hecho lo mismo en mi lugar.

El motor de un coche interrumpe nuestra conversación, y sus luces nos ciegan cuando aparca justo a nuestro lado.

-Este es nuestro taxi. -Anuncio al dirigirme ya a la puerta- Ya debemos irnos.

Asiente y agita su mano en señal de despedida, mientras comienza a caminar hacia atrás aún sin apartar su vista de nosotros.

-¡Espero volver a veros!

Justo cuando me disponía a responder, diviso una figura que sale del club y se acerca a ella despreocupado y notablemente cansado. La muchacha que me pareció tan gentil, es ahora rodeada por un aura algo más imponente, y tengo la sensación de que se queja de mil cosas e irrita a la figura que camina junto a ella. Y en el instante en que él echa la cabeza hacia atrás ofuscado pero sonriente a la vez, puedo reconocer ese rostro pálido.

No hay duda. Es él.

Sin embargo, no hago amago de llamar su atención, tan solo me limito a abrir la puerta y meterme en el coche, arrastrando a Jungkook conmigo.

-¿Podrías guardarme un secreto?

Esta vez sí puedo entender sus palabras, a pesar de que arrastre las sílabas y su voz suene baja, y una parte de mí desea que me confiese qué hacía en el club donde Yoongi trabaja.

-Claro. -Suspiro al pasar su brazo por mis hombros y agarrarle con mi otra mano por la cintura- Seré una tumba.

Ya sentados, le indico al taxista el lugar al que debe llevarnos, y por un segundo
tuve la sensación de que había olvidado sus propias palabras.

-Estoy enamorado de Jimin. -Confiesa al fin al recostar exhausto su cabeza sobre mi regazo.

Y antes de que pueda pestañear, ya se ha quedado dormido.

-Idiota. -Sonrío al cubrirle con mi chaqueta- Eso ya lo sabía.

mil y una mariposas. | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora