58. jm

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Despuntan los primeros coloros del alba en el cielo, atraviesan la ventana brindando color y calidez a la penumbra del club. El frío se disipa, abandonando mi cuerpo, y habría pensado que era obra del Sol mañanero si no fuera porque, sobre mí, descansa una chaqueta negra que cubre tan solo parte de mi figura. Y sí, también me habrían asaltado mil dudas sobre quién podría haberme arropado la noche anterior pero, al girar hacia mi derecha, mis ojos hallan su cabello castaño junto al sofá en el que me encuentro.

Suelta un leve gruñido al acomodarse en el suelo, probablemente intentando encontrar la postura adecuada para poder seguir durmiendo. Arruga la nariz y frunce el ceño, incitándome a pensar que el suelo duro y frío no le permite descansar.

Le devuelvo la chaqueta, colocándola sobre él para protegerle de la brisa helada mañanera, tan cauteloso como puedo para no despertarle. Ahora que, arrodillado a su lado, le observo de cerca, mi mirada se embarca en un viaje a través de rostro, buscando mil tesoros. Tiene una cicatriz en su mejilla que provoca curiosidad en mí, unas pestañas largas que parecen brillar también, y sus labios se asemejan suaves, así como lo es su piel.

-Jungkook. -Susurro, ya que mi cometido no es traerle de vuelta a la realidad- Gracias.

Es una simple palabra que encierra más en ella de lo que las entrometidas nubes podrían imaginar.

Dispuesto a marcharme y saludar a los pájaros que ya nos deleitan con alguna melodía en la calle, camino hacia la salida. Pero, en el instante en que su voz alcanza mis oídos, me detengo en seco.

-Jimin...

Me giro rápidamente, encontrándole aún con los ojos cerrados y respirando profundamente, sin embargo, algo ha cambiado en su rostro.

Quizás aparecí en su sueño.

Vuelvo sobre mis pasos, acercándome a él con paso apresurado para, al llegar de nuevo al sofá, sentarme a su lado en el suelo.

Quizás por ello esté sonriendo.

Siendo impulsado por el arduo deseo de permanecer aquí, poso mi cabeza sobre su hombro, suspirando al sentirle junto a mí.

Y si ese fuera el caso, no me importaría colarme una vez más en ellos.

mil y una mariposas. | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora