mil y una mariposas. | kookmin

10. jk

-Creo que puedes hacer lo que sea.

Estas cálidas palabras de mi madre me hicieron sentir que era imparable.
Acarició mi pelo con una suave sonrisa en su rostro, sus ojos dulces se cerraron al besar mi frente antes de levantarse y caminar hacia la puerta de mi cuarto. Aún seguía sus pasos con la mirada cuando se paró de improviso y me miró por última vez antes de salir:

-Así que no te preocupes, todo saldrá bien mañana.

Y estas, estas fueron las últimas palabras que escuché de ella. Esas palabras que calmaron mis nervios, esas palabras que me dieron la fuerza para subirme a aquel escenario y ganar. Las palabras que me hicieron bailar rebosando sentimientos por última vez aquella tarde de otoño.

Quizás si hubiese prestado más atención a la forma en que arrastraba los pies, tan agotada que el mero hecho de estar de pie le costaba más de lo que debería. Quizás si hubiese mirado sus ojos por un segundo más, habría podido notar esa inmensa tristeza y aquel abismal vacío que mostraban teñidos de un marrón casi negro. Quizás si tan solo no la hubiese dejado sola aquel día, quizás y solo quizás, ella seguiría viva.