29. jm

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Soy devuelto a la fuerza a esta cruel realidad cuando agarra mi mano con fuerza e, incluso si mi mente aún es un desastre, percibo que nos movemos calle arriba.

Es él, es Jungkook.

¿Cuándo tomé su mano? ¿Por qué, aún habiendo viajado a través de mi ardiente pasado, entrelacé nuestros dedos y le seguí bajo este cielo nocturno?

-Creo que podemos quedarnos ahí. -Señala el toldo de una tienda, probablemente donde quiere que nos resguardemos.

Cuando estoy con él, soy incapaz de encontrar una explicación para mis acciones. Mi cuerpo es atraído hacia él, como si fueramos parte de un mismo alma y mis ojos siempre intentan atrapar los suyos, deseando que pueda leer mis pensamientos.

Un charco se entromete en nuestro camino y, en lugar de evitarlo, él salta sobre él, salpicándome sutilmente. La sonrisa en su rostro provoca que me ría sin tapujos porque por un instante, siento que se transforma en un niño pequeño que podría dar la vuelta al mundo saltando de charco en charco. Y se gira hacia mí sorprendido y entrecierra los ojos; apuesto a que se pregunta qué causó esta melodía en medio de estos escombros que se desmoronan a nuestro alrededor.

-Me gusta.

Sentencia guiándome bajo el toldo azul que ahora toma el papel de cobijo, abrazándonos fuerte para mantener al diablo alejado.

-¿El qué? -Pregunto al ponerme a su lado, con la espalda contra la pared, aún manteniendo nuestras miradas entrelazadas.

-Tu risa. -Asiente repetidas veces y suspira al regalarme una sonrisa- Sí, definitivamente, deberías reír más, mucho más.

No sé qué clase de magia le invocó aquí, no sé qué estrella le mostró el sendero a través del laberinto que es esta ciudad para que estuviera aquí en este preciso momento. No, ni siquiera sé por qué sigo aferrándome a su mano suave, transmitiéndole con cada pestañeo que no quiero dejarle marchar nunca; y tan seguro como que hay un infierno que no tengo ni idea de por qué me carcome la necesidad de poner mi cabeza sobre su hombro y permitirme descansar un poco.

Todo lo que sé es que él está aquí ahora mismo y me contagia esa seguridad que irradia, borrando cualquier duda que provocaba en mí esta peligrosa tormenta. Todo lo que sé es que una vez me aterró enamorarme porque ya sabía que yo acabaría roto y mis pedazos esparcidos por el suelo, pero, ahora que es él, no hallo ni rastro de miedo en mí.

Aún así, mi pasado me sigue de cerca y, si cierro los ojos, todo lo que puedo ver es su espalda alejarse y a mí mismo caer de rodillas, llorando y rogándole que volviera. Porque todavía espero su regreso.

-La lluvia ha parado.

Pero ahora mismo, creo que puedo detenerme por un momento.

-¿Nos vamos?

Ahora mismo, creo que he reunido la fuerza suficiente para ignorar mi pasado y vivir el presente, aunque sea solo un instante.

-No. -Le brindo mi sonrisa más sincera en lo que parece una eternidad- Quedémonos un poco más.

Ambos nos sentamos en el escalón que da paso a la puerta delantera y rodea mis hombros con su brazo, mientras yo me limito a dejar caer mi mano sobre su pierna.

-Gracias... -Susurro con mis labios golpeando su oreja- por haberme seguido.

El sol hace su entrada, dándonos una calurosa bienvenida, pintando el lienzo que era gris con una explosión de colores. Me hace pensar que la primavera no tardará tanto en llegar a nuestro encuentro.

Jungkook, por favor, quema esta casa de cartas.

mil y una mariposas. | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora