Capítulo extra 2 | jk.

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-¡Papá!

Haneul se abalanza con energía sobre la espalda de la figura que, distraída, urgaba entre algunos papeles sobre la mesa que se alza delante de él, tan sumergido en el mar de pensamientos de su mente que no escuchó la puerte abrirse ni los pasos de esa niña poseída por el entusiasmo que se acercó con prisa hacia él.

-¡He ganado! -Exclama presa de una euforia que siempre parece acompañarla- ¡He ganado! ¡He ganado!

Una figura más se adentra en la sala intentando recuperar la compostura, respirando a destiempo y deshaciéndose de un par de gotas de sudor que estaban empeñadas em deslizarse a través de su frente.

-En ese cuerpo tan pequeño hay demasiada energía. -Suelta a duras penas al sentarse sobre la silla más cercana a él.

-O quizás tú ya seas demasiado mayor, papá. -Propongo posando mi mano sobre su hombro, dándole la bienvenida con una sonrisa sincera.

-Puede ser. -Se resigna dejando caer sus dedos marcados por la edad sobre los míos.

En ese preciso instante, alguien más irrumpe en la sala, pero la silueta que ahora se apresura hacia nosotros salió de la sala de prácticas, y por ello también el sudor baña su cuerpo, aunque, aún así, parece relajado en medio de este abrasador calor que se cuela a través de cualquier rincón y conquista la atmósfera.

-¿Es la voz de mi hija favorita la que he escuchado? -Pregunta sonriente extendiendo sus brazos hacia la pequeña figura delante de sus ojos.

Libera de su agarre a quien ahora observa la escena con un gran afecto en cada centímetro de él, embelesado por las voces de aquellos que con más cautela atesora en su corazón esperanzador, y ella lleva su vista al techo, cruzando sus brazos.

-¡Soy tu única hija!

Rodea con sus manos, tan inmensas para ella, su cintura y, con un leve impulso, alza su ligero cuerpo, invitándola a sentir que podría llegar a rozar con la punta de sus dedos en cielo que hoy nos brinda un oasis de paz, en medio del desierto por el que vagamos. Acto seguido, la acerca a su pecho y se aferra a ella con dulcura, dejando un breve beso en su frente.

-¿Has vuelto a ganar? -Interroga lleno de espectativas.

-¡Sí, papá! -Espeta y su sonrisa purifica nuestras agotadas almas.

-No deberías sentirte tan orgullosa al ganar a un hombre tan mayor. -Irrumpe Tae la celebración de su victoria.

-No escuches a tu padre, Haneul. -Susurra Hoseok, pero tan alto que todos podemos oírle- Escúchame a mí, tu padre favorito.

Y la sala es inundada por sus risas, las cuales componen la melodía más alegre y relajante que jamás había escuchado. Una escena que te baña con una sensación acogedora, llevándote a sentir que te hallas en tu propia casa, y es que así es: este el es hogar que juntos hemos creado a partir de cenizas y escombros del pasado.

Sí, veces tu hogar está lejos de aquella que solía ser tu casa.

-¡Ya hemos llegado! -Exclama Jin agitando un par de bolsas en el aire- ¿Y adivináis qué hemos traído?

Porque, a veces, tu hogar ni siquiera es la ciudad en la que solías perderte una y mil veces, aquella de la que conoces cada esquina.

-¡Pasteles de arroz dulce! -Responde en un grito Haneul, despidiéndose de su padre para así correr hacia aquel que se encuentra en la entrada.

A veces, hallarás una familia entre personas por cuyas venas no fluye la misma sangre.

-Puedes quedarte la bolsa entera pero antes... -Comienza a decir Jin al arrodillarse frente a la niña que le observa espectante con ojos abiertos como platos- Dime, ¿quién es tu favorito de todos los presentes en esta sala?

A veces, las figuras que caminarán por el mismo sendero que tú, no serán aquellos que presenciaron el momento en que pudiste dar tu primer paso hacia delante.

-¡Tú! ¡Tú! -Espeta sin pensarlo dos veces.

-Eso pensaba. -Confiesa al poner la bolsa de papel sobre sus pequeñas manos.

No, a veces, aquellos que se convertirán en una parte de ti, no serán los mismos que observaron cómo llegaste a este mundo cruel.

-¡Traidora! -Exclama Hoseok adoptando una pose que trata de transmitir ira, fallando.

Porque, ¿qué es la familia? Algunos dicen que son aquellos que te dieron la vida; yo creo que son aquellos que te enseñaron a vivir.

-Hoseok, cariño, es imposible competir contra los pasteles de arroz dulces. -Tae intenta consolarle, posando su cabeza sobre su hombro.

Hay quien asegura que tu familia son esas siluetas del pasado que te enseñaron a caminar, pero yo me atrevería a asegurar son aquellas que te hicieron desear poder correr sin detenerte ni un segundo.

-¡Al menos dame un pastel de arroz! -Demanda al acercarse a su hija.

He escuchado mil veces a mil almas emponzoñadas susurrar que tu familia son aquellos que te otorgaron todo cuanto deseabas, sin embargo, he aprendido que son aquellos que consiguieron que no necesitara nada más que sus manos gentiles. No se cansarán de repetir que una familia está formada por personas de la misma sangre, pero no, tu familia la creas tú mismo.

-¡No! ¡Son míos!

Y puede que acabes con cinco personas a tu alrededor que el destino decidió poner en el sendero que recorrías en solitario bajo un cielo que juzgaba cada uno de tus movimientos.

-¡Por favor! -Implora llevándonos a creer que se ha tornado en un crío ingenuo- ¡Solo uno!

Puede que aparezcan en tu vida en circunstancias extrañas, atraídas por un huracán o quizás solo por una brisa amable. Puede que dudes, que caigas y te quedes tumbado sobre el barro esperando que alguien te tienda una mano, y puede que sean esas personas las que te brinden la fuerza necesaria para dar un gran salto.

-¡No! -Dice decidida, escondiendo la bolsa detrás de su espalda.

-¡Tae! -Espeta ahora dirigiéndose a quien le ha estado contemplando con una inmensa sonrisa en su rostro- ¡Dile que me de uno!

No, no quiero aceptar que para ser familia tenga que correr por nuestras venas la misma sangre; me niego a creer que este hilo rojo que nos une es solo una ilusión.

-Hoseok, ¡¿cuántos años tienes?! -Pregunta entre risas al negar varias veces.

-Tranquilo, Jin tampoco compró nada para mí. -Se queja Namjoon para reconfortarle.

Hoy, mañana y pasado, dentro de una semana, un mes y un año, incluso cuando pase una década más, ellos seguirán siendo la familia que yo elegí.

mil y una mariposas. | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora