27. jm

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-La razón por la que bailas... ¿es él?

Me pregunto cómo es posible que haya resuelto el misterio del que estoy hecho, cuando yo apenas conozco un diminuto rincón de su historia.

Aún estoy aprendiendo a lidiar con mi pasado, pero está decidido a cazarme de una manera u otra, quiere atraparme y devolverme al tiempo en que todavía podía bailar con el corazón en la palma de mis manos, sin temer que fuera a caer y quebrarse. A veces, simplemente me rindo y le permito tomarme, ya que siempre será más fácil dejarme guiar que luchar contra mis demonios.

Hoy fue uno de esos días y, después de bajar del escenario, me invadió la necesidad de volver aquí y llamar a la puerta. Incluso antes de atreverme a caminar por esta calle, ya sabía que él no saldría. Y me frustré, porque la razón por la que bailo está justo detrás de esta puerta pero no puedo alcanzarla. Estoy empezando a olvidar qué se sentía al amar bailar.

-Jimin. -Su voz suena desesperada- Volvamos.

Extiende su mano hacia mí con arrepentimiento en la punta de sus dedos, como si deseara no haber preguntado, como si quisiera volver atrás en el tiempo y permanecer callado.

¿Pero cómo podría abandonar la casa de cartas en la que me encuentro, si la llave para abrir la celda fue robada?

-Toma mi mano. -Casi puedo palpar la compasión en su sonrisa- Busquemos un lugar para escondernos de la lluvia.

¿Un lugar para esconderme? He estado tratando de dar con uno desde que el suelo bajo mis pies fue partido en dos por una grieta, y el fuego comenzó a quemarme. Pero aún soy incapaz de dejar esta casa, aún...

-Busquemos juntos.

Eso es. Ahora mismo, él no está intentando sacarme de aquí, no, no está intentando detener el terremoto que tira estas cartas sobre mí. Camina paciente hacia mí, emanando un poco de paz en medio de esta tormenta. Ahora mismo, él solo anhela quedarse a mi lado aquí dentro y enfrentarse a los golpes que nos da mi pasado.

Él solo desea dejarme saber que no estoy solo.

Mi mano se mueve casi por sí misma para rozar la suya pero, cuando un relámpago cruza el cielo negro, atrae consigo un recuerdo que me paraliza hasta el punto en que pareciera que me convertí en una estatua.

mil y una mariposas. | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora