101. jm

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Te quiero.

Por un instante, pensé que esas dos palabras encerraban algún tipo de magia en ellas y que podrían borrar nuestro pasado oscuro.

Te quiero.

Llegué a creer que al ponerle nombre a ese sentimiento que se apoderaba de mí al estar junto a él, podría al fin permanecer a su lado para siempre.

Te quiero.

Pensé que sin importar las veces que me marchara, él siempre aguardaría a mi regreso.

Te quiero.

Pero ahora mi corazón se quiebra y los pedazos son esparcidos por el asfalto mientras camino calle abajo. Solo.

¿En qué momento tomé el camino equivocado?

Pues andé a través del sendero que se abría a mi derecha e intenté alejarme de los escombros de la casa de cartas, pero siempre acabé ignorando a aquellos farolillos, siendo tan ingenuo que jamás imaginé que acabarían desapareciendo.

El culpable de mi miseria soy yo mismo.

Ya que mi débil corazón siempre quedó anclado al pasado, demasiado aterrado para decir adiós a aquella silueta que me atormentaba.

Ni siquiera debería estar llorando.

Y de repente, alzo la vista al cielo al percibir unas alas volar frente a mí con una fuerza que se disipa.

Es esa mariposa azul.

-Perdóname. -Musito deseando que mis palabras la alcancen- Debí haberte seguido.

Entonces, cual polvo llevado por el viento, desaparece y soy asaltado por la certeza de que jamás volveré a verla.

En su lugar, aparecen motas de colores en el cielo, y al entre cerrar mis ojos, las veo con claridad. Son mariposas. Bajo el cielo estrellado comienzo a contarlas mientras vuelan de acá para allá, tan rápido, que enseguida pierdo la cuenta.

Mil y una mariposas. Esas fueron todas las que pude contar.

Mil y una mariposas. Pero ya ninguna de ellas volverá a guiarme hasta él.

Nuestros caminos que siempre volvían a cruzarse, se han separado para siempre.

mil y una mariposas. | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora