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La "nueva pareja" Tony y Steve, estuvieron los dos primeros días discutiendo sin parar, al principio por cualquier tontería, pero luego tocaron temas serios e hirientes.

El primer tema hiriente que tocaron sin duda fue Bucky. Tony le recordó la guerra que habían librado por culpa de que el rubio respaldara a su amigo. Steve molesto le recordó que él no sólo jamás trató de entender su postura, sino que además involucró a Peter innecesariamente.

—¿Soy yo el que involucra al niño innecesariamente? Creo que fuiste tú el que lo metió en una misión difícil y ahora está hospitalizado por una herida de bala.

—Recuerdo que el tema de bucky tras haberlo hablado habíamos prometido no nombrarlo más e ignorarlo. Nos estamos haciendo mucho daño Tony. Es pasado, no va a cambiar.

Luego de esa larga discusión, comenzó otra aún mayor; el hecho de que Steve puso en peligro mortal a su hija y a Peter.

Tony trató de parecer calmado e intentó con todas sus fuerzas no alterarse, pero tras escuchar las respuestas con faltas de información por parte del rubio comenzó a gritar y a llevar esa discusión a un tono más agresivo. Steve harto de que el azabache llevase casi diez minutos gritando y hablando sólo, intervino.

—Estás dando cosas por hecho que no son para nada así. —dijo serio Steve, a diferencia de Tony, él no perdería la compostura.—

—Tú ignoraste mi maldito secuestro y fui un tonto al pensar que ibas a aparecer para salvarme. —contestó dolido Tony, ya bajando el tono de la voz.— pusiste en peligro a los niños cuando tú pudiste haberlo hecho sólo.

—No pasó así.  —habló con frustración el rubio.—hice tonterías, lo sé, debí haber pensado más pero no pude concentrarme. ¿Lo entiendes? No podía ni dormir, ni comer, casi ni respirar sin sentirme culpable por tu secuestro. Debí haber estado para protegerte y no estuve, iba a visitar a tu hija y me sentía la peor persona del mundo porque deberías de haber estado tú ahí haciendo esas visitas y no yo. —mordió su labio con nerviosismo para luego tomar de la mano al millonario y mirarlo.— no pensé y actué de la peor manera posible, exponiendo a los niños. Pero si no pensé y estaba tan descentrado es porque te quiero y estar sin tí fue la prueba más difícil a la que me he sometido.

Stark abrió los labios con sorpresa, ese discurso era probablemente lo más bonito y sincero que le habían dicho jamás. 

¿Dónde aprendió Rogers a ser tan romántico?

Ese era su principal pensamiento tras las tan bonitas palabras que le había dedicado Steve. Sentía que si decía algo iba a estropear el aura que había creado su pareja porque no podría igualar esas palabras. Sólo se limitó a dedicarle una suave sonrisa y a apretar con suavidad su mano.

—Yo también.  —respondió con resignación Tony sin mirarlo.—

A Steve se le empezaba a formar una sonrisa juguetona en sus labios.

¿Desde cuándo Stark era tan tímido?

Él se aprovechó de la situación y fingió una mueca de confusión.

—¿Que tú también, qué? —preguntó con confusión Steve.—

—Que yo también, eso. —le contestó con simpleza Tony.—

—¿Qué es eso? —se acercó más al azabache, en busca de una respuesta más larga.—

—¡Ay! maldito insufrible, que yo también te quiero. —rodó los ojos y le apartó la mirada de encima.—¿contento?

—Muchísimo. —sonrió Steve dándole un suave beso en la mejilla.—



Carey estaba de salud muchísimo mejor que Peter, él estaba herido de bala y no era algo leve. La chica en lo que Steve volvía de visitar a Tony se había pasado todo ese tiempo fuera de su cama. Había tomado asiento al lado de la cama de Peter para poder así hacerle compañía.

La Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora