La Stark

46

La tarde antes de descubrir que estaba embarazada, justo como Tony le había avisado a su hija, fueron de nuevo a la ciudad a por una prueba. Alan, que casi siempre era el primero en enterarse de todo, advirtió a su equipo qué pasaría.

—Acabo de hablar con Carey. —le dijo a su padre y a su compañero Joel.— vienen a la ciudad.

—el plan está resultando. —dijo con gracia Joel mientras apagaba el cigarrillo que había estado fumando.— Stark cree que su hija está embarazada.

—Sigo pensando que es cruel. —añadió Mikel, el hermano mayor de Alan, mientras entraba en escena.— ¿y qué se supone que haremos después? En algún momento descubrirán que no está embarazada.

Joel alzó la vista, fijándola en el chico que no paraba de quejarse. Mikel sintió un escalofrío.

—Tu chico me pone de los nervios. —dijo con ese tono de voz que no hacía más que inspirar desconfianza.— haz algo. —miró ahora al padre de ambos.—

—Disculpe su comportamiento señor Murphy, mi hijo está nervioso por la reciente noticia de que será padre.

—Lo que me pone nervioso es el hecho de que usen a mi hijo para hacerle daño a los Stark. —declaró con molestia Mikel.—

—Cállate. —alzó la voz Joel.— esas personas son malvadas, los Stark y todo su equipo. Y no te preocupes del plan que yo me encargo. Tengo el suficiente control mental para hacer con Tony lo que me plazca y que él ni se entere, y eso todos ustedes lo saben. Por lo pronto no tienen que saber nada más, me aseguraré de que la prueba que Tony le haga hoy a su hija salga positiva y no quiero escuchar nada más.

Ninguno de los presentes dijo algo más, tan solo se quedaron callados aceptando la voluntad de Joel, y como él mismo había asegurado, la prueba que le hicieron a Carey salió positiva.

Tony no podía callarse más, no podía seguir reprimiendo esta información que lo estaba quemando, necesitaba contarlo, al menos a las personas a las que les afectaba esta noticia.

Fue directo a buscar a su futuro marido a la habitación que compartían, sabía que aún dormía pero necesitaba que él lo supiera ya, era de vital importancia.

Entró y para su sorpresa Steve no se encontraba durmiendo, sino cambiándose de ropa.

—Te he dicho miles de veces que toques antes de entrar. —protestó poniéndose la camiseta, que era la única prenda de ropa que le quedaba por ponerse.—

—Y qué más dará, tengo todo eso visto. —le quitó importancia Tony mientras se sentaba, soltando un gran suspiro algo exagerado.— Steve, tenemos que hablar. —añadió viendo como el rostro de preocupación se hacía presente en Steve, odiaba eso, Steve tras dormir parecía estar más relajado y feliz, y ahora esa aura de tranquilidad venía a ser interrumpida por su culpa.— no te asustes, no tiene nada que ver con lo nuestro.

—Me quedo más tranquilo. —dijo con confusión Steve.—

—Bueno, es peor que eso.

Steve exageró más su expresión y Tony antes de hablar tomó aire.

—Steve, no hay manera bonita de decir esto así que creo que será mejor así, rápido y sin preámbulos. —aguantó el aire por unos segundos y cerrando los ojos, lo dijo.— si Carey así lo decide...Vamos a ser abuelos.

Steve se quedó en silencio mirando el rostro del millonario y a los pocos segundos soltó una risa, tapándose la boca con la mano derecha para reprimir esta. Al parecer no había creído lo que le había dicho.

—Tony, el día de los inocentes todavía no es. —dijo entre risas.— abuelos dices... qué cosas tienes.

—¿Sabes qué más fue hace un mes? el día que Peter Parker y mi hija decidieron hacernos un nieto. —se levantó indignado por la reacción del rubio y lo miró con una ceja alzada cuando comenzaba a palidecer, por fin se había dado cuenta de que Tony no mentía.— no he hablado aún con Peter, porque quiero aprender a no ser tan impulsivo y ser más como tú que no le harías daño al niño y... ¿Steve? —pronunció al ver como su novio salía a toda velocidad de la habitación.—