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Joel entraba a la sala de Marie Singh, con su teléfono en las manos y concentrado en algo más. Mikel y Alan, cansados, esperaban para saber cuál sería la nueva "misión". Ninguno de ellos estaba cómodo con la idea de torturar psicológicamente a Stark y su familia, pero debían hacerlo pues estaban siendo coaccionados.

—Carey está en Nueva York. —informó felizmente Joel.— ya saben qué hacer.

—¿Por qué nunca haces nada tú? —preguntó algo molesto Alan.—

Joel se giró lentamente hacia él. Alan se arrepentía de haber dicho nada.

—Ya les expliqué en su día que es mejor que piensen que el enemigo es alguien menor, como ustedes. Humanos sin más que juegan a molestar a seres poderosos. Eso les distraerá y se confiarán, ¿entiendes o necesitas que te lo explique con marionetas?

Alan asintió, quedándose callado. Ya estaba harto de tener que forzadamente molestar a Carey.

—Pero no te preocupes Alan. Tienes razón, ya has hecho demasiado. —añadió Joel.— esta vez la misión la tiene Mikel.

Mikel frunció el ceño y se levantó dando un golpe.

—¿Yo? ¿Por qué yo? —alzó la voz.— no quiero ni voy a molestar a Carey, que lo haga Alan que es experto.

—Oh vamos, no eres más que un cobarde. —le contestó Alan con amargura.— solo una persona sin valores le tiraría el trabajo sucio a su hermano.

—Me da igual qué pienses no le voy a hacer daño a Carey. El que no tiene valores eres tú.

—Le dice el bully al marginado. —respondió con gracia Alan.— le haces la vida imposible a media escuela solo porque eres el "guapo" y "popular" y ahora de repente tienes valores. ¿Por qué no dices la verdad? ¡Venga! puedes decir que te gusta. —dijo Alan levantándose.—

—Cómo me va a gustar Carey Stark, es una niña. —respondió, bastante más ofendido de lo que pensaba.—

—¿Te piensas que somos todos idiotas? —alzó la voz Alan.— ya vi cómo la mirabas a ella y lo mal que miraste a Peter. Por eso mismo no quieres seguir con el plan.

—¿Tienes miedo de que te quite a tu novia? —le gritó de vuelta Mikel.— oh perdona, es tu hermana, fallo mío. —se acercó a él.— fuiste tú el que participó en ese circo bizarro y ahora me culpas de no querer secuestrarla.

—Me obligaron y lo sabes. Lo que me parece injusto es que yo haya hecho cosas horrorosas, tú te beneficies pero no participes. Todo porque quieres tener una oportunidad con la hija de Stark. —lo empujó.— ¿por qué no eres valiente y lo dices? ¿Por qué no dices que tienes veinte años y vas detrás de una de dieciséis?

Joel suspiró y tapó su cara. Estaba harto de las peleas de los Anderson.

—Discúlpelos, están todo el día igual. —intervino su padre.—

—No se preocupe, mis hijos son igual. —le quitó importancia Joel.— Lucas y Jerome estaban todo el día discutiendo y peleando. La de veces que los llevamos al hospital porque se hacían heridas profundas... Al final los hijos son una decepción todos.

—Se me hace raro que sus hijos no le ayuden. —opinó el mayor de los Anderson.—

—Creen que estoy muerto. —sonrió con malicia Joel.— son los dos unos traidores que se creen mejor que su padre. Si no mira cómo Lucas defiende al payaso de Stark.

El hombre con el que hablaba no dijo nada, pero se dio cuenta que igual Joel no estaba ahí para ayudarles a hacerle daño a Stark, sino que más bien quería hacerle daño a su hijo Lucas.

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