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Estaban en el primer y único descanso durante el juicio ya que interfirió con la hora de comer. Lucas recién había interrogado a Marie y de nuevo, fue un claro triunfo para él.

—En su alegato y en su denuncia usted no para de insistir en que mi cliente es mal padre. —comenzó Lucas caminando de un lado a otro mientras miraba a la mujer.— le haré la misma pregunta que se le hizo a Tony Stark. Marie Singh, ¿se considera buena madre?

Marie frunció ligeramente el ceño, pero sin presentar ningún miedo hacia Lucas contestó con seguridad.

—No soy la madre perfecta pero sí soy una buena madre. —contestó mirando a su hija esperando que esta le dedicara al menos una sonrisa, cosa que no pasó.

—Curiosa respuesta señora Singh. —dijo Lucas fingiendo confusión mientras tomaba unos papeles de su mesa.— ¿una buena madre abandona a su hijo por una cantidad de dinero? ¿Una buena madre permite que a su hijo se le trate de lo peor mientras ella sigue viviendo como si nada en la misma calle?

—No sé de lo que habla. —volvió a responder con seguridad la mujer.

—Déjeme que le refresque la memoria entonces. —y le enseñó uno de los papeles, era un acta de nacimiento.— Marie Singh dio a luz un bebé con el fin de aprovecharse de su padre, sin embargo a los dos años volvió a quedar embarazada y esta vez de Tony Stark. ¿Saben qué pasó? Que a su primer hijo lo mandó con su padre porque le salía más rentable aprovecharse de la fortuna de Stark. Y ahora bien, vuelvo a preguntar. ¿Eso lo haría una buena madre?

El abogado de Marie se levantó protestando, pero la jueza al comprobar que Lucas tenía pruebas, volvió a denegársela.

—Tengo aquí un acta de nacimiento que dice que Marie Singh es la madre biológica de Alan Anderson y también tengo un informe psicológico que demuestra los daños emocionales que esta mujer le ha ocasionado. —anunció en voz alta llevándole las dos pruebas a la jueza.— señores, he aquí "la buena madre". —añadió por último mientras la señalaba.

—¿tiene algo más que declarar? —preguntó la jueza mientras observaba la veracidad de los documentos.

—Señoría, no hay más preguntas. —respondió por último Lucas.

Jerome felicitaba a su hermano y aunque le había corregido algunas cosas, había que admitir que para ser el primer juicio de Lucas no lo estaba haciendo nada mal. Le dijo que debía calmarse, que estaba muy tenso y le faltaba reaccionar más rápido, pero que no se autoexigiera más pues era su primera vez en los juzgados.

Por otro lado estaba Carey, completamente en silencio y luchando por no llorar en ese lugar. Se había enterado de que su padre nunca la quiso hasta después de estar nacida y que ella prácticamente había sido un error. Por si eso fuese poco, también se enteró de que su mejor amigo Alan era su hermano. ¿Cómo podía alguien encajar toda esa información?

—¿Qué tal estás? —le preguntó Peter en un suave tono de voz, sentándose a su lado.

Carey se encogió de hombros mirando cómo a lo lejos hablaban Tony y Alan. Se sentía tan traicionada por ellos dos que ni siquiera sabía cómo podría hacer su declaración en condiciones, no le apetecía tener que irse con su madre, pero tampoco quería seguir estando con su padre.

—Oye... Me imagino que debe ser duro enterarse de todo esto así. —murmuró poniendo su mano sobre la de ella.— pero créeme, todo lo han hecho por ti. Alan no quería abrumarte ni que lo odiaras, después de todo eres su única familia... Al menos la única que lo ha tratado como tal.

Carey apartó la mano y se separó un poco de Peter. Él lo había sabido todo durante meses y le había mentido, nadie había sido sincero con ella, ni siquiera Lucas que no tenía ningún filtro.

—Tú sabias todo... Tú sabías. —le dijo algo dolida.

—No todo, solo lo de Alan. Enterarte así de que tu padre te ha mentido es duro, pero en el tema de tu hermano yo no te podía decir nada, ese tema no me incumbía... Eran temas familiares ajenos a mí.

Carey lo miró en silencio y asintió ligeramente, no tenía ganas de discutir aquello o de siquiera dar su opinión. Solo quería salir de allí.

—Todo el mundo me miente.

—Yo no te he mentido. —le recordó Peter poniendo una mano sobre su hombro. Ella solo recordó cómo durante su relación con el tema de Michelle y Liz sí que le había mentido.— ey, mírame. Sabes que jamás te mentiría de no ser para protegerte. Hace poco salimos de un suceso traumático, lo único que quería era que supieras lo de Alan y ya no levantaras cabeza.

Carey no respondió, recostó su cabeza sobre su hombro y cerró los ojos tratando de pensar en otra cosa. Peter la miró de reojo y tras pensarlo mucho se agachó ligeramente para llegar a la altura de su mejilla, dándole un dulce beso.

—Te prometo que todo saldrá bien. —le dijo él con una sonrisa.

Por otro lado y con los nervios a flor de piel estaban todos "reunidos". Steve, que por primera vez en público le daba la mano a Tony sin ningún temor a ser visto, Wanda, que acariciaba su vientre en busca de calmar sus nervios, Alan, que hablaba con May tratando de distraer a la mujer y por último Jerome que apuntaba algunas cosa en un papel. El que faltaba en esa reunión extraordinaria era Lucas.

—¿Dónde está tu hermano? —preguntó algo nervioso Steve. Ahora le tocaba declarar a él y eso conllevaba no solo a tener que ser interrogado por un abogado cruel sino que además diría de una vez públicamente que mantenía una relación con Tony Stark.

—Mi hermano está, y cito textualmente porque no sé qué significa esa expresión, en el baño porque se estaba haciendo "pipí" —dijo Jerome repitiendo exactamente la frase que le había dicho Lucas.

—... Y de este hombre depende todo. —susurró Tony con agobio mientras negaba.

Lucas se lavaba las manos mientras tarareaba una canción, el único que no estaba nervioso y que incluso lo estaba pasando hasta bien era él. No entendía la preocupación del resto ya que según él, todo estaba bajo control.

—Vaya vaya... —dijo la voz de un hombre que comenzaba a lavarse las manos a su lado.— pero si está aquí la joven promesa.

Lucas frunció ligeramente el ceño y alzó su mirada hacia el espejo, encontrándose frente a frente con el abogado de Marie.

—¿Se le ofrece algo? —preguntó con incomodidad Lucas mientras enjabonaba sus manos.— no creo que sea muy correcto hablar entre nosotros, no al menos hasta que acabe el proceso judicial.

—Seré breve chico. —comenzó una conversación el hombre sin siquiera levantar la mirada de sus manos.— no tienes ninguna posibilidad de ganar, no compliques más las cosas, ¿quieres?. Eres muy joven, el juicio te viene grande.

—Si no tengo ninguna posibilidad de ganar, ¿por qué razón me sigue hasta el baño? —preguntó Lucas alzando una ceja.— tienes miedo de perder, no te culpo, soy genial. Ahora sí, ni creas que me vas a intimidar porque solo vas a causarme risa.

El hombre negó con una falsa sonrisa, Lucas comenzaba a irritarle bastante.

—Chico, abandona antes de que te humille. Eres torpe y lento, se te nota que esto no es lo tuyo. Soy el mejor abogado de Nueva York y créeme que te vas a arrepentir si sigues por el camino en el que vas. —dijo ahora como una amenaza.

—Siendo el mejor abogado me imagino que sabrás que seguirme hasta el baño y amenazarme aprovechándote de que soy novato no es muy legal. ¿No? —preguntó Lucas haciéndose el inocente mientras aclaraba sus manos.— si se te pasa por la mente ponerme una mano encima, te acordarás de mi toda tu vida, y yo de ser tú no jugaría a eso.

—Te vas a arrepentir, yo nunca he perdido.

—Siempre hay una primera vez. —dijo Lucas y sacudió sus manos a la altura del rostro de aquel abogado, salpicándole toda la cara.— nos vemos en la sala, no llores muy fuerte si pierdes, ¿vale? —añadió en tono burlón mientras salía de ahí.

Si él antes quería ganar ese juicio, ahora lo deseaba más que nada.

La Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora