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Era alto y larguirucho. Tenía un cabello oscuro perfectamente peinado y una barba de tres días. Poseedor de unos ojos profundos y azules tan bonitos como misteriosos a la misma vez, unos labios carnosos color salmón eran el factor que terminaba de hacerlo totalmente atractivo.

También era serio, eso se veía en su semblante. Tenía el mentón marcado y una cara totalmente inexpresiva, cosa que lo hacía lucir aún más misterioso. Vestido con un traje negro y una camisa de lino del mismo color, a cada paso que daba rebozaba elegancia y aires de superioridad. Otra cosa destacable de él era su perfume, un perfume que se podía reconocer casi al instante pues hay quién olía exactamente igual de bien; su hermano Lucas Murphy.

Así era Jerome, el hermano mayor de Lucas y por lo tanto el más longevo de la familia Murphy. Había recién llegado a Estados Unidos y aunque gran parte de su adolescencia vivió allí, Jerome nunca había ido a Estados Unidos en casi diez años, por lo que su acento francés estaba muy marcado, teniendo las clásicas características de este, como por ejemplo que no sabía pronunciar la "R" y la pronunciaba como una "G".

Cabe destacar que aunque Jerome y Lucas a simple vista podían ser muy parecidos por su incesante búsqueda de la perfección, ellos eran totalmente distintos. También y como Peter ya había averiguado, Lucas lo detestaba, y las razones no eran nada dentro de lo común. No era fruto de una discusión, ni si quiera porque hubiese algún tipo de conflicto común entre ellos, era algo totalmente diferente y por lo consiguiente doloroso. A opinión de Lucas, era mas doloroso para él que para su hermano.

Lucas no sabía que lo iba a ver, ni siquiera se lo llegó a imaginar. Llevaba un par de día pensando en él por culpa de que no paraban de nombrárselo, pero daba por hecho que no lo vería nunca más en su vida. Ese día y por ironía del destino, se acababan sus días de canguro. Emma debía volver con Jason y como consecuencia debía ir a la cuidad, justo donde ahora estaba Jerome.

Peter le contó todo a Steve y este decidió ayudarle para que Tony no le descubriese con el tema del informe, pero con la promesa de que no lo volvería a hacer y después de eso hicieron como que no pasó nada. Steve no creía a Peter en lo que Jerome estaba vivo, por lo que poca importancia le dio.

Carey y Tony habían llegado molestos de la entrevista, pero no el uno con el otro, más bien los dos con el director de la escuela. Habían pasado horas y su enfado permanecía, ofendidos por no ser "aceptados". Incluso Carey, que lo había hecho adrede para no ir, se había ofendido, pues en realidad no dijo nada que fuese mentira, describió a su familia y justo por eso no fue aceptada.

—¿Quién se cree que es? —dijo de nuevo Tony en mitad de la comida.— soy Tony Stark, debió aceptar a mi hija sin siquiera pensarlo.

—Quememos esa escuela. Con ese señor dentro.

Tony entrecerró sus ojos durante unos segundos, se lo había pensado.

—¿Lucas que crees si...? —empezó a decir pero el nombrado lo interrumpió.

—Sí, Tony, es ilegal. En todos los países y estados del mundo. —dijo apresuradamente Lucas haciendo que Tony rodase los ojos.

Steve había terminado de comer por lo que se limitaba a escuchar los desvaríos de todos los presentes, incluso riendo de vez en cuando.

—Oye papá... —dijo Carey poniendo ese tono que Tony ya identificaba por el tono te voy a pedir algo.— ¿podríamos Peter, Alan y yo ir a la ciudad hoy? Nos aburrimos muchísimo aquí. —y además queremos conocer a Jerome Murphy.

—No. No irán a ninguna parte solos. —dijo Tony volviendo a comer para luego mirar mal a su prometido.— Steve no le des comida al bicho que luego no se va de aquí.

La Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora