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—¿Tanto cuesta comportarse? —gritó Tony una vez más la frase que había repetido durante toda la bronca.—

—Nosotros solo jugábamos... —se justificó Carey con arrepentimiento.—

—Les dije que fueran a ayudar a Queens, no a destruir la ciudad. —les recordó Tony mientras tapaba su rostro con frustración.— no es el mejor momento para que se pongan a hacer tonterías. La responsabilidad de vuestros desastres es mía, no voy a estar atento a si se comportan o no, ya son prácticamente adultos, compórtense como tal. Estoy tan decepcionado ahora mismo.

Ambos se quedaron callados escuchando los regaños del mayor. Solo querían que ese mal rato pasase y parecía hacerse eterno.

—Y ahora mismo, por favor, me van a dar los trajes. —sentenció.— se acabó Spiderman y... —se quedó mirando a su hija.— ¿cómo es que te llamas tú?

—Oh, lo he pensado mucho y decidí que algo como Iron Green sería lo mejor y... —Tony la interrumpió.—

—Pues se acabó Iron Green y Spiderman. Necesitábamos héroes, no dos niños jugando a ser adultos. Aprendan a ser más responsables.

Acabado el regaño y confiscados los trajes, cada uno volvió a su casa. Peter tenía el rostro totalmente cambiado. Amaba ser un héroe y ya simplemente no lo era, él solo intentó ser su ídolo durante unos minutos, pero como ya sabemos no salió para nada bien.

Tony tenía una guerra interna, no dejaba de pensar en el juicio, en Marie, en qué podía hacer, en Carey. Si la gente descubría que su hija también tenía una armadura y hacía actos de riesgo, eso le daría las de perder de cara al juicio. Por mucho que tuviera a la prensa comprada para que no se publicara ni se hablara nada de su hija, eso no quitaba que una armadura haciendo tonterías llamara la atención. Debía cuidar que la niña no se acercara al taller por nada el mundo y debía mantener a Peter lejos de su identidad como Spiderman, al menos durante un tiempo. Necesitaba tranquilidad y teniendo a Peter en riesgo todo el rato no lo calmaría para nada.

Peter, en opinión de Stark, tenía un gran potencial al igual que su hija, pero era demasiado curioso y siempre quería más. Tony quería que solo ayudase a los vecinos de vez en cuando pero Peter curioseaba y creaba sus propias misiones súper peligrosas. Normalmente Stark le dejaba curiosear porque aunque él no lo sabía, siempre lo seguía de cerca y lo protegía. Ahora no era posible eso porque estaba demasiado ocupado con los temas judiciales por lo que quitarle el traje a Peter fue la mejor idea que se le ocurrió.

Al llegar a la torre él fue directo al taller , Carey se quedó sentada en el sofá de la sala mientras miraba triste a un punto fijo. Fue a los diez minutos cuando se dio cuenta que un rubio la miraba fijamente.

—¿Qué quieres Steve?

—¿Qué te ocurre peque? —preguntó en un tono suave mientras se acercaba para sentarse a su lado.— sabes que odio que estés triste.

—No es nada. —murmuró Carey.—

—¿Alguien te hizo algo? Seré el primero en defenderte. —le dedicó una leve sonrisa.—

—No quiero que golpees a nadie Steve. —bromeó con una sonrisa cansada.— es solo mi padre, él me gritó, me quitó mi armadura y dijo que estaba decepcionado. —se secó una lágrima que se había escapado sin permiso.— odio que me diga que está decepcionado.

Steve la miró y no pudo evitar acordarse de una de las primeras veces que habló con Carey hacía unos años atrás.

Flashback

La pequeña Carey lloraba. Era uno de los tantos fines de semana que le tocaba quedarse con su padre y este le había regañado por tocar algo que no debía.

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