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De ambas armaduras salieron los Stark, con una sonrisa radiante en sus rostros. Steve simplemente se acercó con gran velocidad y abrazó a Carey con fuerza antes de que Peter pudiera reaccionar y decir algo. Era comprensible, todos habían visto a Carey antes de que volviera ese día, todos a excepción de Steve que había sufrido su partida casi tanto como Tony y no había podido ni hablar con ella ni verla.

—Te he echado tanto de menos, te quiero muchísimo. —dijo el capitán sin separarse del cuerpo de la niña, que comenzaba a quejarse por falta de aire.— no te vayas nunca más. —Steve al ver la mueca de diversión de Tony recobró enseguida la compostura, aclarando su voz.— es decir, te eché de menos pero en realidad fue tu padre y...

—Yo también te extrañé mucho a ti abuelo Steve, pero necesito respirar. —dijo riendo la Stark mientras se separaba de él.—

Steve sonrió mirándola.

—También extrañé tus burlas... Pero en serio, no te pases jovencita.

Carey rodó los ojos y se apartó un poco del capitán, para ahora mirar al joven de ojos avellana que la miraba fijamente y en silencio. Tony le hizo una seña a Steve para dejarlos solos y aunque Steve no quería, obedeció a Tony, pues recordó el tema de que creía que le estaba siendo infiel con Lucas y la verdad le apetecía discutir aquello.

Por otra parte estaban Carey y Peter, que aunque hacía unos días se habían reencontrado, ahora los dos lo sentían diferente. Estar ahí significaba que podían estar juntos libremente y que todo lo malo había acabado. Ninguno de los dos dijo nada por segundos hasta que Peter tomó la iniciativa y dijo las dos palabras más bonitas que pudo decirle en ese momento.

—Te amo.

Carey recibió esa declaración como siempre que alguien le decía algo cariñoso, con sorpresa y sin saber cómo reaccionar. Tan solo se abrazó a él para disfrutar el momento.

Peter tomó posesión de los labios de ella en un beso dulce y suave, justo como siempre solía hacerlo. La dulzura con la Peter la besaba hacía que se sintiera como si se derritiera en sus brazos, para ella era simplemente perfecto, todo lo que necesitaba. Se separó por falta de aire y admiró de nuevo el angelical rostro del chico, que tenía una sonrisa radiante y las mejillas ligeramente sonrojadas.

—A todo esto... ¿Era necesario entrar con las armaduras y rompiendo la pared?

—Es una entrada apoteósica, era totalmente necesario. —se cruzó de brazos mientras Peter soltaba una carcajada.—

—Vamos dentro, empieza a entrar frío. Ya sabes, el hueco en la pared de tu "entrada apoteósica" —volvió a decir Peter entre risas.—

Carey puso los ojos en blanco e hizo un ademán con las manos restándole importancia a la pared ahora destrozada. Él rodeó la cintura de ella con su brazo derecho mientras caminaban, iban en busca de Tony, que no fue muy difícil de encontrar por los gritos que se oían de él en una de las salas principales.

—... No estoy dispuesto a seguir aguantándote! —gritó Tony.—

—Si no hiciste nada, explícame el porqué me mientes y no me dices qué fuiste a hacer. —dijo Steve mirándolo con gran seriedad.—

—Porque aunque digas que no y no lo parezca eres un maldito celoso, confías tan poco en mí que hasta piensas que te soy infiel con Lucas, que es el tópico de hombre heterosexual. Fui a por la niña, no fui de fiesta.

Carey miró a Peter y este la miró a ella, los dos bastante incómodos con la situación. Era de lo más normal que estos dos hombres discutieran pero no era nada agradable de escuchar, por lo que la Stark le ofreció a Peter ir a curiosear el complejo en lo que ellos dos terminaban la discusión.

La Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora