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—¿Qué quieres hablar? —preguntó Tony con tranquilidad mientras tomaba asiento en la habitación que compartía con Steve.—

Trataba de esconder el miedo que le daba lo que le pudiera decir Steve, nada acaba bien con un "tenemos que hablar"

—Es sobre la boda. —dijo Steve mientras bajaba la mirada.— no estoy muy seguro y no quiero...

Tony poco tardó en interrumpir a su futuro marido y alarmarse, sacando sus propias conclusiones de lo que le diría.

—¿Me estás dejando a un mes de la boda? —preguntó Tony y se levantó, yendo hacia la puerta.—

—Tony, no te vayas, escúchame... Oye, estamos hablando. —dijo Steve frunciendo el ceño al ver las intenciones del millonario de abandonar la habitación.—

Tony se giró, estando bastante molesto. Empujó ligeramente a Steve para que no lo tocase e intentó abrir la puerta de la habitación pero este se lo impidió.

—No me pienso quedar a escuchar como me dejas. —dijo Tony tirando de la puerta y esperando a que Steve le dejase abrir esta.— me lo escribes en un post it y ya lo leeré cuando esté bien anímicamente.

—Tony aquí nadie está dejando a nadie, déjame hablar. —pronunció el rubio con cansancio, esperando que Tony accediera a escuchar lo que diría.—

Tony paró de forcejear y lo miró sin calmarse ni un poco, quizás estaba aún más molesto si es que eso era posible.

—¡Pues claro que nadie está dejando a nadie! —gritó el azabache con enfado.— me pienso casar sí o sí, así que me da igual lo que me vayas a decir, aceptaste casarte conmigo y te casas, no haberme dado el sí quiero.

—Tony... —dijo Steve esperando que le dejara hablar, pero no iba a ser posible.—

—No Steve, no te dejo romper conmigo. —se cruzó de brazos, tomándose la situación de una forma infantil.— eres un dolor de cabeza como compañero de equipo, de vivienda y de vida. Así con todo lo que he aguantado aún te atreves a hacer eso. No me dejas, que lo sepas, quítate esa idea de la cabeza porque no va a pasar. Vas a ser mi marido aunque sean sólo veinte minutos que es lo que tardarás en divorciarte.

Steve negó ligeramente y se sentó, dispuesto a escuchar el monólogo del hombre antes de que le dejase hablar.

—¿Puedo hablar? —preguntó Steve esperando que el hombre le dejara por fin explicar qué era lo que realmente pasaba.—

—Espero que lo que vayas a decir sea algo relacionado con nuestra maldita maravillosa boda y lo entusiasmado que estás porque si no, me vas a ver enfadado Steve Rogers.

Steve sonrió ligeramente pero borró su sonrisa al instante para que Tony no se diese cuenta de lo mucho que le divertía la situación.

—No te estoy dejando ni tengo intenciones de divorciarme, déjame hablar un momento. —dijo Steve casi en una risa, callando por fin las quejas de Tony.— me refería a que hay algunos invitados que no me gustaría que vinieran.

Tony relajó su expresión y se acercó a Steve para abrazarlo con fuerza, cerrando los ojos en el abrazo.

—No me vuelvas a asustar así en tus próximos cien años de vida. —se separó y lo miró.— ¿qué invitados no quieres que vayan? Vamos, a penas llegan a ser cien, son solo amigos los que van. Y no tenemos casi.

Steve se quedó callado durante unos segundos, pensándose en cómo diría lo siguiente. La pausa dramática que hizo, Tony volvió a interpretarla bastante mal esperándose lo peor.

—No quiero que vaya tu ex novia Tony. —dijo de la nada separándose del todo del cuerpo del millonario.— espero que entiendas que no quiero que vaya Pepper.

En otro sitio se encontraba un muy desganado Peter que repetía mentalmente las frases que su tía le había dicho tras la pequeña charla que mantuvieron.
"Creía que te conocía" De todas esa era la que más se le repetía, su tía se encontraba decepcionada pues todo lo que pasaba en la vida de su sobrino era la última en enterarse y al final descubría que no lo conocía ni un poco. Ahora desconfiaba un poco en él, ¿le habría mentido en mas cosas? De ser así, ¿cuándo se enteraría de eso? No siempre estarían Lucas y Bucky para aclararle lo evidente.

Peter le aclaró que su única y gran mentira había sido esa, en nada más le había mentido, pero claro, ¿por qué May creería eso? Después de todo, Peter la había engañado en más de una ocasión y jamás había sido él quien le haya dicho la verdad.

Aún pensativo sobre como arreglaría ese problema con su tía, fue a ver cómo estaba su novia ya que tras el rescate no la había podido ver. Todo iba bien hasta que vio a cierta persona salir de la habitación; Bucky.

—¿Bucky? —preguntó él en alto observando al hombre de brazo de metal.— ¿qué hacías...?

Bucky, que no perdía la calma en ningún momento, lo miró y le sonrió ligeramente.

—Estabas ocupado y Stark me pidió que la llevara a su cama a descansar. —explicó con un tono de voz bastante relajado.— relájate Parker, estás paranoico.

Peter lo miró durante varios segundos sin entender totalmente nada. ¿Qué hacía Bucky tratándolo bien? Le había sonreído, cosa impropia para la destructiva relación que tenían ambos. Peter interpretó que a lo mejor Bucky quería intentar llevarse bien con él o solo lo hacía para molestarlo, pero de igual forma era un comportamiento que lo desconcertaba.

Bucky se alejó de la escena suspirando ligeramente, la culpabilidad le obligaba a tratar mejor a Peter. Le había estado mintiendo a la cara todo el tiempo desde que le dijo que no sentía totalmente nada por Carey. Por una parte, sabiendo y estando casi seguro de que le era infiel a Carey, y sabiendo que él estaba enamorándose de ella, no se sentía culpable. Pero por otra parte, sabía que él le estaba haciendo con sus sentimientos un flaco favor a ella, que era tan alegre y llena de vida que tener algo con él sería terrible.

—Cada día te superas más James. —escuchó Bucky una voz tranquila y pausada tras él. Era de Lucas.— estoy seguro de que a lo largo de tu existencia has cometido algún que otro error, estando consciente claro está, pero como este creo que ninguno.

—Hola, consciencia. —dijo Bucky con tono irónico refiriéndose a que Lucas además de leerle la mente siempre que quería, era quién le decía qué estaba mal y qué estaba bien.— ¿vienes a castigarme psicológicamente?

Lucas con un gesto de cabeza le indicó que le siguiera, yendo a su habitación para hablar con mayor tranquilidad y sobretodo, seguridad.

—Cuéntame, ¿qué acabas de hacer? —murmuró sentándose el rubio, tratando de ocultar la decepción que sentía.—

—Ya lo sabes, podrías de dejar de leerme la mente a veces. —murmuró Bucky y fue al escritorio de Lucas el cual estaba repleto de hojas con anotaciones escritas por él mismo.—

Lucas se acomodó en su asiento ignorando completamente lo que hacía Bucky, le daba más importancia a lo que acababa de hacer que a lo que pudiera hacer con sus apuntes.

Lucas comenzó a darle una especie de charla a Bucky, charla que este no escuchó pues estaba bastante concentrado en lo que leía. Curiosamente y para sorpresa del hombre todo lo que había escrito por Lucas no estaba en inglés, estaba en francés. Totalmente todo, no había algo que estuviese escrito en otro idioma que no fuese ese. Parecían una especie de borradores de alguna carta pero Bucky no estaba demasiado seguro.

—¿Me estás escuchando? —se quejó Lucas cruzándose de brazos al ver el poco caso que le hacía su amigo.

Bucky dejó los apuntes de nuevo en la mesa y Lucas al percatarse de ello carraspeó incómodo, había sido descubierto por no estar muy atento.

—Lucas, ¿hablas francés? —preguntó Bucky con el ceño fruncido.

Lucas cada vez más incómodo bajó la mirada, odiaba dar detalles de su vida pasada o de su vida privada. Pero debía serle sincero a Bucky, le había descubierto.

Oui... un peu. contestó Lucas suspirando.

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