Tras la gran celebración por haber ganado el juicio, todos se despertaron algo afectados por la ingesta de alcohol, todos menos Steve y Bucky en realidad.
Peter había pasado la noche pensando en Carey, pero no salió a buscarla en toda la noche. Alan le había advertido que la dejara en paz y tras el estrés del juicio en verdad solo quería descansar.
Tony, a pesar de la resaca, se había despertado de muy buen humor. En esa fiesta le dio tiempo a hablar mucho tiempo con Steve y Bucky, y le entusiasmaba la posibilidad de que Bucky fuera libre en un futuro cercano. No solo por Bucky sino por Steve, que estaba pletórico con la noticia.
—Steve me voy a morir. —se quejó Tony mientras se colocaba unas gafas de sol oscuras.— ya no soy el que era, eso es culpa tuya y de tu estúpida manía por obligarme a llevar tu vida sana. Estoy perdiendo salud.
—¿Estás seguro de que es mi culpa? Quizá pudo haber sido la botella entera de alcohol que te bebiste. —le recordó Steve mientras preparaba dos tazas de café.
Peter entró junto a la Stark, hablando con ella animadamente mientras tomaban asiento en frente de Tony. Se habían encontrado por el pasillo y hablaban de cualquier cosa. Si Peter no hubiera sido tan despistado, se hubiera acordado de que en su pasillo no estaba la habitación de Carey, sino la de Bucky, y en teoría no tenía sentido que Carey y él se hubieran encontrado ahí. Pero no se dio cuenta porque solo estaba concentrado en acercarse a ella.
Cuando Carey entró, Tony miró a su hija y se reincorporó, queriendo dar buena imagen frente a ella. Esta negó con suavidad y optó por ignorarlo, pero en su plan había un inconveniente: Nadie puede ignorar a un Stark.
—Buenos días pequeña, ¿cómo amaneció la persona mas linda y perfecta que ha dado Dios después de mí? —dijo sonriendo de una manera exagerada mientras ladeaba hacia un lado su cabeza, apoyando esta sobra las palmas de sus manos.
—Pues me duele un poco menos la puñalada en la espalda que me diste. —respondió ella fingiendo una sonrisa mientras hacía uso de la ironía.
Steve y Peter se miraron entre ellos, ambos sabían perfectamente lo que era estar con un Stark y ese tono de voz que comenzaban a usar para lanzarse comentarios hirientes camuflados no era buena señal.
—Nada comparado a cuando te fuiste con tu madre y me dejaste solo. —comentó Tony sonriendo igual de forzado que su hija.— o cuando dijiste que Alan era tu novio y en realidad te estabas alquilando.
—Cúlpame a mi de que mi madre me vendiera y tú no me ayudaras, pero de todas formas qué bien que saques el tema de Alan. —dijo con falso entusiasmo Carey.— ¿quién fue el que me ocultó que era mi hermano?
Steve puso en la mesa una de las tazas de café, interrumpiendo la conversación. Peter aclaró su voz y miró a Tony, la situación iba cada vez a peor.
—Carey, cielo, ¿qué quieres desayunar? —dijo Steve dedicándole una sonrisa amable.— le puedo decir a Bucky que te haga tu comida favorita, a él los pancakes le quedan genial... —se hizo un silencio súper incómodo, Carey no quiso mirar a Steve ni responder, Peter la miró con sospecha y Tony solo se quejaba del dolor de cabeza.— ayer estuviste muy bien en el juicio, estoy muy orgulloso. —volvió a hablar dándole un beso en la frente.— y tu padre también, no durmió casi repasando los momentos de tu declaración.
Carey miró a Steve y entrecerró los ojos, todo en sus labios sonaba tan bien y perfecto que parecía que nunca le habían mentido.
—Todos hemos hecho todo lo posible por ti, nada de lo que hicimos ha sido para hacerte daño. —habló esta vez tony desde el otro lado de la mesa.—soy tu padre, no puedes vivir molesta conmigo.
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La Stark
FanfictionLos primeros tres meses de Carey Stark junto a su padre después de haber decidido irse a vivir con él habían sido maravillosos hasta que Tony, al prever que durante los próximos meses no iba a estar casi nunca por casa, decide pedirle a May Parker q...