Lo malo de estar enojada con Sebastian, es que todos los días lo miraba, en algunas ocasiones tenía la suerte de evitarlo, pero otras no. Ahora me iba a la Universidad en el auto que mi madre dejó, no hablamos, apenas y nos dirigiamos la mirada.
Aquella noche, quise darle entender que hasta que el estuviera dispuesto a hablar, estaríamos juntos de nuevo. Sólo que utilice las palabras incorrectas para decirlo, la ira me había ganado como a él siempre le gana, no puedo convertirme así.
Baje antes que el, o al menos eso creía, estaba comiendo mi cereal favorito, Lucky Charms. Eva se detuvo y me miró, llegue a la cocina sin prestarle mucha atención a la estatua.
-¿Qué te ofrezco de almorzar, Morgan?.-me senté un poco lejos de el.
-Huevos con tocino, por favor.-asintio y fue hacer lo que pedí. Mire a Sebastian, volteó a verme y yo, por ser amable, le sonreí muy leve, pero logre que se volteara.-Sebastian.
Iba tomar su mano, la apartó para después ponerse de pie e irse. Debe estar todavía enojado, ¿Pero que le dijo su padre?, aveces pienso que Sebastian es un niño mimado, si lo más probable que su padre le dice algo es por su bien, por todo se anda enojando como niño pequeño.
-¿En que tanto piensas, Morgan?.-Eva puso el plato enfrente de mi.
-En nada, Eva.-asintió poco convencida, comenze a comer, esperaba alcanzar a Sebastian en la Universidad.
Termine, me despedí dé Eva y agarré las llaves junto con la mochila. Maneje hacia allá, queria llegar lo mas rapido posible, queria hablar con el y arreglar las cosas antes de entrar a las clases.
Baje del auto, lo estacione a un lado del Mustang que llevaba ni novio, Stacy me estaba esperando en la entrada, al verme corrió hacia mi.
-¿No han arreglado las cosas?.-negue, caminábamos hacia nuestra primera clase, por las grandes instalaciones.
Me detuve en seco cuando lo mire hablando con sus amigos y Tifanny, ella era una chica hermosa, todos babeaban por ella. Recordé las chicas que el había metido a la casa a escondidas, cosa que me hizo sentir un enorme vacío en mi y me lleno de inseguridades. No quería dudar de él, no lo estoy haciendo, tiene derecho a hacer amigos.
-Tiffany debe estar hablando con ellos sobre la fiesta que dará.-lo seguía mirando, el jamás se dio cuenta de mi presencia.-Tienes que ir a esa fiesta.-tomo mi mano y me jalo hasta el salón de clases.
-No voy a ir sólo para ver que nomas habla sólo con Tiffany.-levantó la mano, cerre los ojos por que sentía que me iba a dar una bofetada, tal parece que no fue así, se aguantó.-ademas, esa no es la forma.
-Morgan, no se que hacer contigo.-sono irritada.-¡Vas a ir a la fiesta para causar celos a Sebastian!, iré a tu casa para arreglarte, te pondrás el mejor vestido, te pondré perra.
-No creo que sea una buena idea.-tomo mi mejilla y me hizo verla a los ojos.-esa no es la forma de resolver los problemas.
-El vendra a ti después de esto.-sonrei un poco ya para relajarla.-se tu quien manda.
***
Mi habitación estaba hecha un estudio de moda, todos mis vestidos que estarían en duda se encuentran colgados. Stacy pasaba la tenaza por mi cabello, dandole un toque ondulado, ella ya había terminado de arreglarse, dijo que quería tener tiempo para arreglarme.
Estaba pensando en el, ¿Qué estará haciendo?, sus enormes manos, sus ojos azules, eran lo que más necesitaba, ¿El me necesita en este momento como yo a el?, ¿me piensa como yo a él?.
Las veces que dormimos juntos, acariciando mi cuerpo, respetando mis limites y el tiempo que necesitaba, era constante todo eso, sentía que el se fastidiaba por que jamás llegamos a lo que el quiere, ¿Y si no resulta ser lo que yo espero o lo que el quiere?, en ocasiones siento que no soy suficiente, de todas las chicas que el ha traído a la casa son hermosas, sólo en la primera cita fue cuando me lo dijo.
-Listo.-giro mi silla haciendo que mire al espejo, hizo un gran trabajo, sonreí de oreja a oreja.-No te maquillare por que te ves hermosa así.-me puse de pie.-Bueno, lo haré pero será natural.
Me pone una sombra café en los párpados, brillo labial.
Llegó la hora de escoger el vestido. Me probé cada uno, pero ninguno le gustó a Stacy, de verdad se tomaba muy en serio el papel de jueza y de ponerme como una perra como ella dice.
Estaba apunto de rendirme cuando me fui a poner el vestido dorado con mangas de encaje, en todo el vestido habia estrellas, salí del baño caminando en tacones, levantó los pulgares con una enorme sonrisa.
-Perfecto, pero una cosa más.-tomo una bolsa de compras, sacó de ella lencería, me la entregó pero retrocedi, ya era demasiado todo esto.-Pontelo.
-No.-la lencería era bonita, color negra con una flor en donde deben ir los pechos, y una en el calzonsillo.
-Por si entras a la alberca de Tiffany.-lo mire dudosa, por fin lo tome y entre al baño.-Te espero en el auto.
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