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Llevamos varias semanas que se transformaron 1 mes, todavía estamos aquí en Santorini, para cerrar con broche de oro nuestra luna de miel, fuimos a la playa, dejo la bolsa con mis cosas en la tumbona, tomo asiento y saco el bloqueador solar.

-Amor.-le habló a Sebastian quien se quita la camisa.-¿me pones bloqueador?.

Me quita el bloqueador de las manos, se coloca atrás de mi y empieza a poner la crema en mi espalda, veo las olas, las personas entrando y saliendo del agua.

Aquí es un lugar bello y tranquilo, me gustaría quedarme aquí donde nadie nos molesta, pero ya era hora de regresar a nuestro hogar, tenemos personas a las que queremos allá.

-No me quiero ir.-digo mirando el mar, Sebastian termina de aplicar la crema y se sienta en la tumbona alado de mi.

-Volveremos algún día.-dice y saca su teléfono.-por cierto, mira como va quedando la construcción.

Me entrega el teléfono, son fotos de cómo va quedando nuestra casa, los obreros van muy bien, el piso ya está, apenas van a empezar con las paredes, si que van muy rápido.

-van bien.-digo y Sebastian saca una carpeta con unas hojas, me la entrega y se sienta para verme de frente a frente.

-Abrelas.-las abro, las comienzo a leer, por lo que veo son las escrituras de la casa.-Firma.

-¿como?.-me da el bolígrafo.

-Olvide pedirte que las firmaras.-niego riendo.-La casa es tuya, así que firma por favor.-abajo esta donde debo firmar, dice "Morgan Stan".

Pongo mi firma y se las entrego sonriente, me pongo de pie y lo tomo de la mano, lo levanto para besarlo.

-Gracias.-junto nuestras frentes.-En verdad no se que haré sin ti.

-puedes hacer todo.-caminamos al mar.-Hacer de todo sin mi, como ir al mar y enfrentarte a las olas bravas tu sola.

-Si, pero gracias a ti no estoy condenada a un infierno.-nos detenemos.

-Y no hay nada que agradecer.-Se inclina para levantarme en su hombro, gritó y él me lleva al agua.

Me tira, el agua me abraza y salgo a tomar aire, el ríe a carcajadas, es lo más bello que he visto: cuando él está feliz, voy hacia él y lo abrazo. Nadamos y jugamos en el agua, gracias a mis clases de natación, puedo ir con el más allá.

-Ven.-toma mi mano mientras salimos del agua, vamos hacia un local, local de renta de jet ski.

-No.-digo y él me abraza por la cintura.-te puedo esperar aquí mientras paseas.

-prometo cuidarte.-acaricia mi mejilla.-no te pasará nada malo.

Me dejo llevar, vamos y esta vez me pone un chaleco salvavidas, él también usa uno para prevenir. Se sienta cerca de los manubrios, estoy dudando si en subirme o no, la última vez que subí a uno casi me muero ahogada.

-No te dejare ahogarte.-toma mi mano. Subo y pongo las manos atrás para sujetarme, pero cuando arranca me asusto y rodeo su abdomen con mis brazos.

Avanza y tengo cerrados los ojos, siento como brincamos por cada ola que pasamos, estoy tan aferrada a él con miedo.

-abre tus ojos, no tengas miedo, estoy aquí contigo.-lo hago lentamente, el atardecer está enfrente de nosotros.

Tiene razón, ya no debo tener miedo, por lo que voy soltándolo lentamente y estiro mis brazos, estoy tan llena de vida gracias a él, con que así se siente dejar el miedo a un lado, grito llena de felicidad y con las manos alzadas.

CHATEAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora