En todo lo que duró el descanso, estuve pensando en como sería mi hermanastro, su carácter, ¿Le agradare desde el primer segundo que me vea?. No tengo hermanos así que no tengo experiencia en cómo tratar a alguien que lo será,soy hija única, mi mamá tuvo complicaciones al tenerme y como consecuencia eso le impidió tener más hijos. Ella y mi padre siempre me decían que no tengo culpa que sentir.Mi propia madre me dio terapia, desde que mi padre falleció, murió de un infarto cuando yo tan sólo tenía 11 años cuando el nos dejó.
Fue algo traumático verlo morir.
Para la cena de hoy, para dar la bienvenida a nuestros nuevos invitados. Adele me pidió que comprará un pastel, nuestro favorito y llevarlo a la casa, quiere que todo esté estupendo.
-¿Qué harás hoy?.-llegó Stacy sentándose a mi lado.
-Tendré una cena.-dije cerrando mis libros para guardarlos en mi mochila.-El novio de mi madre y su hijo se mudaran a nuestra casa.
-¿Novio e hijo?.-asenti, mire hacia adelante de mi, un chico y cabello oscuro estaba sentado enfrente de mi, mientras leia un libro, me pareció atractivo.
-¿Quien es el?.-pregunté mirandolo.
-Oh, el.-se giró para verlo.-Creo que se llama Evan.-Era lindo, estaba tan concentrado en su libro que no notaba que yo lo miraba.-¿Quieres que le hable por ti?.
-No.-dije cerrando mi cuaderno.
-¿Nunca haz salido con algún chico?.-me quedé callada, mi silencio le dio su respuesta.-Que tierna.
-Por favor, no todo en esta vida es enfoque a ellos.-dije ajustando mi mochila en la espalda.-¿Tu eres una experta?.
-Claro que si.-se cruzó de piernas, era tan coqueta y me parecía divertida.
-No preguntaré si eres Virgen.-me puse de pie.-¿Me acompañas por ese pastel?.
-Claro, sirve y te platico mi primera vez.-me abrazo por los hombros, me moví incómoda.
-Mejor quédate.-sugerí y ambas reímos.
***
Baje del auto con el pastel en las manos, entre a la casa, mire a mi madre caminar de lado a lado estresada, se asustó al verme entrar, deje el pastel en la cocina para poder animarla, tiene que estar estupenda, sus nervios podrían estropearlo.
-¿Qué tienes?.-tomé sus manos, y ella un gran trago de vino.
-Ellos ya vienen, y tengo nervios.-tome sus brazos.
-Todo saldrá bien, el te quiere y yo se que se quedará.-la abraze y solté rápidamente.-debo ir a cambiarme.
-Si, por favor ve a cambiarte.-corrí subiendo las escaleras, entre a mi habitación.
Abrí mi closet y tome un vestido color negro, con unas zapatillas con un moñito en la punta del pie, me quite la ropa que tenía y use el conjunto que elegí. Solté mi cabello, no vi razón para plancharlo o rizarlo, pues ya estaba bien. Baje las escaleras y alguien estaba entrando a la casa, se escuchaban voces masculinas.
-Michael.-Escuché la voz de mi madre, era un señor de traje negro, cabello un poco claro. Mire al chico que estaba dando la espalda a nosotros, sentía que ya lo conocía...
-Fíjate.
-Fíjate tu.-le reclame.
-Ella es Morgan, mi hija.-estreche la mano.
-Un placer conocerlo.-el sonrió y giro para ver a su hijo.
-mi hijo, Sebastian.-el chico se giro y apagó el cigarro, lo mire sorprendida, tenía unos ojos azules, cabello castaño, tenía un porte de ser un chico malo, algo que causó en mi un escalofrío al ver la forma en que me miró, de pies a cabeza, detonando un choque de nervios en mi.
-Hola, soy Morgan.-Levante la mano para que la estrecharamos, pero sólo me seguía mirando, otra vez de piernas a cabeza. No hasta que su padre le dio un leve golpe y regreso a la tierra.
-Sebastian.-estrecho la mano de mala gana, como si estuviese forzado, y lo estaba.
-Bien, hay que sentarnos para cenar.-optó mi madre, caminamos a la mesa, Michael me ayudó con el asiento, me sente y agradecí, después fue a ayudar a mi madre, parecía ser un buen señor, aunque aún faltaba por ver más facetas.
Estábamos comiendo hasta que Michael se dirigió a mi para hablarme, dejé de comer para poner mi total atención a la plática.
-Dime, Morgan.-lo mire atenta.-¿Qué estas estudiando?.
-Administración de empresa.-me miró asombrado.
-Impresionante, tal vez cuando termines tu carrera, puedas trabajar en la mía.-deje de comer para mirarlo asombrada.
-¿Y de que es su empresa?.-pregunté curiosa, quería saber todo lo que hacia este hombre, y más su hijo.
-Bueno, soy dueño de los viñedos.-me explicó.-mi bisabuelo fue quien compró las tierras y comenzó hacer vino del bueno, algún día podría llevarte a que mires el lugar y conozcas un poco.
-Sería genial.-tome un trago de refresco.
***
Habíamos terminado de comer. Y llegó el momento de que le enseñará la habitación. El me seguía, a la vez me incomodaba, por que en la cena no cruzamos palabras, una que otra mirada pero que jamás pregunto nada, debe ser por que aún no entra en confianza.
Abrí la puerta, su habitacion era color guindo oscuro, dejé una maleta en su cama, la cual era enorme. Gire para verlo, miraba toda su habitación, me miró y yo estaba sonriendo.
-Espero que te guste el color.-dije con una sonrisa, solto su maleta.-si quieres puedes pintar la habitación del color que guste y decorarla, eres libre de poner lo que quieras.
-Que bien.-dijo observando.-por que tienes un pésimo gusto en los colores.-.dejé de sonreír, baje la mirada muy apenada.-me da calor nomas de estar aquí.
-Yo lo siento, puedes pintarla del color que quieras.-camine hacia la puerta.
Salí de la habitación, y entre a la mía, la cual le queda a dos habitaciones junto a la suya. Me pongo mi pijama rosa y me acuesto mirando el techo, después a ver el cuadro de la fotografía donde estamos mi papá y yo, sentados en la arena sonriendo.
Espero que todo salga mejor mañana...

ESTÁS LEYENDO
CHATEAU
Fiksi Remaja"Los chicos buenos suben al cielo, pero los malos lo bajan para ti"