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Abrí los ojos con pesadez, lo ultimo que recuerdo fue cuando entre al elevador y me faltaba aire. Sentía la mano de alguien tomando la mía, una enfermera me estaba administrando suero.

-señorita Anderson, trate de relajarse.-asentí, la doctora entró con mi madrina.

-¿como te sientes?.-se acercó Laurent.

-bien.-mentía, me sentía de la mierda.-¿me podré ir hoy?.

-si, lo que tuviste fue un ataque por tanta tensión y ansiedad, el collarín evitaba que pudieras respirar bien.-sacó sus análisis.

-¿debo usar esa cosa de nuevo?.-negó sonriendo, suspire aliviada.

-Te recetaré estos medicamentos, para que no sientas dolor ya que apenas te quitaste el collarín.-me dio una hoja con los medicamentos.-se pueden retirar dentro de una hora.

-Gracias, Doctora.-mi madrina se acercó a mi, derrame una lágrima recordando lo qué pasó hace un buen rato.-Llame a tu mamá, nos quiere de inmediato en la casa.

-madrina, todo acabo.-acarició mi cabello.-el estaba con una chica y...

-No me lo cuentes, no quiero que te sientas mal.-Stacy entró con tres vasos de cafe.-tu madre no está enojada.

-lamentó hacerlas venir hasta acá.-Stacy dejó la charola en una mesa y se sentó junto a mi.

-descuida.-sonrió, la cual ella me contagió su sonrisa.

***

Abrí la puerta de la casa, mi mamá bajo disparada de las escaleras para abrazarme, examino mi cara, en busca de algún daño, beso mi frente.

-me alegro que estés bien.-sonreí delicada.

-quiero estar sola, me siento cansada.-asintió, subí mi mochila conmigo para dejarla en algún rincón de mi habitación.

-debes estar enojada conmigo.-no cerré la puerta debido a que quería escuchar la conversación que Adele y Laurent tenían.

-si, llevarte a mi hija a San Francisco sin mi autorización molesta a cualquier madre.-puse una mano en mi cabeza, todo era mi culpa.-no te pediré que te alejes, ella te va necesitar...¿sabes qué pasó?.

-No, sólo me dijo que lo encontró con otra chica.-cerré la puerta.

Me lanzó a la cama, abracé una almohada, no pude evitar llorar de solo recordar a Sebastian con Jenny. Me sentía una estupida, por creerle que entre ella y él no pasaba nada, es Sebastian, el chico que metía chicas a la casa sin que nadie se diese cuenta.

Él era ese chico la cual una vez que te besa te hace adicta a él, me paso a mi, pero el duro mucho conmigo, me hizo prisionera. Ahora el me dejó deseándolo más, no volverá, dijo que no me amaba y eso no lo creía, por un momento podía jurar que si.

***

Me queje y coloque la almohada en mi cabeza, el estruendo de la puerta siendo tocada con demasiada insistencia me daba pulsadas en la cabeza. Mire el reloj, eran las 12 de la tarde.

-¡Morgan, abre!.-lanzó la almohada al demonio, me puse de pie quitándome las mantas. Mi madre tenía la mirada desaprobadora de siempre.-Tienes que salir, huele feo aquí, ¿hace cuanto que no te bañas?.

-déjame sola.-me lanzó a la cama nuevamente.

-Arréglate, Michael te llevará al viñedo para que lo conozcas.-no le hice caso, lo que hizo fue quitarme las cobijas para llevárselas.-¡mamá!.

-¡Arréglate!.

Entre a la ducha, en este mes qué pasó solo salía de mi habitación para ir a la escuela, en ocasiones bajaba a comer, cuando me quite la ropa observe mi cuerpo, tenía bolsas debajo de mis ojos, los labios secos y mi cuerpo se miraba mal.

Estoy envuelta en una mierda.

Yo no era así.

Sacudí la cabeza borrando esa imagen de mi cuerpo. Al salir me puse mis botas, unos pantalones color negro y una blusa de color amarillo, un conjunto sencillo. Baje y Michael estaba esperando en la puerta, aún lado estaba mi mejor amiga Stacy.

-¡Hola!.-dijo llena de vida, su sonrisa me contagió. Apareció mi mamá con una bolsa color canela.

-tu almuerzo.-me sentía una niña pequeña.-en el viñedo hay un área de comida.

-Gracias, mamá.-acarició mi cabello. Después fuimos al auto de Michael y nos llevaron a los viñedos.

Era afuera de Los Ángeles, llegamos y  su asistente nos recibió. Mire a mi alrededor, a decir verdad es un lugar bello, las uvas estaban madurando, preparándose para convertirse en el líquido amargo y delicioso del mundo.

-vengan, síganme.-dijo Michael, hicimos caso.

Nos fue dando un Tour del campo, había trabajadores quitando las uvas y las colocan en cestos, de ahí nos llevó al área de producción, había demasiadas máquinas, personas que iban y venían de cada lado. Mi estómago empezaba a gruñir por el hambre, mire a Stacy quien también tenía una mano en su estómago.

-y de ahí, son exportados a las tiendas o al aeropuerto para que sean enviados a las demás tiendas que hayan hecho su pedido.-por fin termino el recorrido.-ahora, Jenkins las llevará a la sala de comida.

-por aquí.-Michael se fue para otra parte, quizá a su oficina.

Dimos a un comedor, con demasiadas bancas, al entrar varios se nos quedaron viendo, tomamos una mesa casi en medio y al fondo. Saque mi almuerzo y lo abrí para ver que me preparo mi madre, huevo con papas.

-Me alegro que te animaras a salir.-me encogí de hombros.

-creo que esto es mejor a estar dentro de mi habitación.-sonreí, ella tomo mi mano dándome su apoyo.

-¿Morgan?.-alguien me habló. Al levantar la mirada, me encontré con Jace con una bandeja sorprendido.

-Jace.-dije sonriendo. Él se acercó a mi para tomar asiento alado de mi. Me saludo con un beso en la mejilla.

-¿cómo haz estado?.

-bien.-dije, sus amigos se fueron a tomar asiento a otra parte.-¿trabajas aquí?.

-si, mi padre me castigó por lo de la fiesta, aún no me perdona.-reímos los dos.-¿como sigue Sebastian?.

-el esta bien.-fingí una sonrisa.

-veo que te es difícil perdonarle por lo que te hizo.-no sabía a lo que se refería.-Casi te ahogas allá en la playa.

-si.-respondí de inmediato, Stacy nos miraba incómoda, bueno a mi ya que él no sabe nada de lo que yo tenía con Sebastian.

-quería invitarte a salir.-abrí los ojos sorprendida, y es que él me agarró a la vuelta de la curva.-perdón, no quise.

-si.-acepte, se formó una sonrisa en su cara.

-¿te parece mañana a las 8?.-asentí, creo que ya es hora de dar por el pasado pasado.-yo paso por ti.

-claro, te veré mañana.-se puso de pie con su bandeja. Se fue con sus amigos a unas cuantas mesas a lado de nosotras.

Stacy tenía las cejas levantada y una sonrisa que antes no había visto. Tome un tenedor y empecé a comer mi almuerzo.

-¿qué?.-su mirada me daba miedo.

-Nada, sólo me gusta verte avanzar.-sonreí y terminamos de comer.

CHATEAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora