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Rihanna- Love on the brain.

La luz que entraba por la habitación me permitía verlo, la cama estaba pegada a la ventana donde el esta sentado, mirando hacia el exterior.

Yo seguía acostada, podría verlo así todo el día, serio, calmado, sus ojos azules, es una de mis obras favoritas. Se miraba tan guapo cuando estaba perdido en sus pensamientos, quería hurgar en ellos y entenderlo, saber de su vida, se muy poco acerca de ella, es una obra que puedo admirar aunque no la comprenda.

-Mi mamá se irá hoy.-dije acomodandome en mi lugar.-y tu papá también.

-Mi padre se puede ir lejos si quiere.-Dijo seguro de lo que dijo e hizo una pequeña sonrisa, como si estuviese dolido.

Tome su mano, me acerqué un poco más a el, me recargue en la pared para poder verlo mejor, aun así el no volteó a verme, pero yo mantenía mi postura de insistente

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Tome su mano, me acerqué un poco más a el, me recargue en la pared para poder verlo mejor, aun así el no volteó a verme, pero yo mantenía mi postura de insistente.

-Sebastian, el es tu padre, y estoy segura que el te quiere.-negó agachando la mirada.-¿Cuando me dirás lo que paso con tu padre?.-se puso de pie fastidiado.

-No, no te dire nada entiendelo.-me puse de pie preocupada por que se le miraba molesto.-Ve a tu habitación, quiero estar solo.

-No entiendo, ¿Sebastian que tienes?.-toque su hombro, pero se alejó más de mi, no entendía su repentino cambio de humor.-Sebastian, aquí estoy yo te...

-Ve a tu habitación, Morgan.-no me miró en ningún segundo, me quedé mirandolo, para que el se diera la vuelta.-¡Vete!.

-Esta bien.-dije casi dolida.-Estaré aquí para cualquier cosa.-sali y cerre la puerta.

Había ocasiones en los que el se desquitaba conmigo, todo por "culpa" de su padre, me estaba agotando, no estaba dispuesta a soportarlo más, quería que el me tuviera confianza, que yo estaba para el, pero tal parece que sólo cuando quería mi cuerpo, maldita sea soy su novia y me trata mal.

Camine hacia la cocina, mire a mi mamá en la puerta con sus maletas, estaba hablando por teléfono, llegué a ella para despedirme.

-Si mamá, me iré sólo por un mes, aquí estarán ellos dos.-me sente en el sillón.-Yo esperaré a Michael en el aeropuerto, el vendrá por sus maletas.-me miró.-si, si puedes ven y dales una vuelta; adiós.

Abrió la puerta para sacar sus maletas, un auto con un chófer la estaban esperando, salí con ella, tomo mi mano y colocó una llaves en ellas.

-Ten, te las dejó.-sonreí y la abrace, cada día que ella se va, me da miedo que no vuelva y quedarme sola.-.portate bien, aprovecha este momento para que tu y Sebastian se lleven bien.

Oh mamá, nos llevamos más que bien, pero en este momento...No.

-Claro, mamá.-le di un beso en su coronilla.-Te voy a extrañar mucho, cuídate.

-Y yo a ti mi pequeña.-beso mi mejilla, se separó de mi y camino al auto, al entrar bajo la ventanilla, movia su mano despidiéndose de mi.

La seguí aún cuando el auto ya había arrancado, me detuve para lanzarle un beso, ya no lo miraba más, suspire mirando la casa, tendría unas cosas que arreglar.

***

Cerre mis marcadores, había terminado mi tarea de Química, coloque mi cuaderno en mi mochila, los marcadores en su lugar. Me senté en la cama, Michael entró a la habitación de Sebastian, salí para ver que pasaba, lo encontré saliendo de este y parecía locomotora hechando humo.

-Adiós, Morgan.-colocó una mano en mi hombro.-Por favor, tu que eres muy madura, haste cargo de Sebastian.

-Creo que el puede cuidarse sólo y es maduro.-soltó una risa ante mi comentario.-Adiós, Señor Stan, cuide a mi mamá.

Bajo las escaleras, cuando cerró la puerta un estruendo se hizo presente, algo que se escuchó romperse dentro de la habitación de Seb, corrí alarmada para ver si se encontraba bien, al abrir la puerta, este estaba destrozando todo, soltando gritos, me acerqué a el para calmarlo.

-¡Detente!.-lo abraze por detrás, aun así no se calmaba.

-¡Sueltame!.-me rehusaba a soltarlo, tomo mis manos con fuerza y me apartó con brusquedad.-¡¿Qué quieres?!.-sus ojos estaban rojos, puse una mano en su mejilla.

-¿Qué paso?.-dije sintiendo una punzada en mi pecho al verlo así.-¿Qué te dijo tu padre?.-chille del dolor cuando sus dedos se enterraron en mi mano.-Sebastian...

-Vete y deja de fingir que puedes solucionar todo.-me jaló hasta la puerta, me detuve segura de no abandonarlo. Volteó a verme, jalo con con fuerza, y me sacó de la habitación.

La rabia me llenó hasta los huesos, entendía que estaba enojado, ¿Pero desquitarse conmigo?, anteriormente no me importaba, pero ahora cruzó la línea, tantas veces le había dicho que yo estaba aquí para el, tal parece no le importaba.

-¡Bien!.-golpee la puerta furiosa.-Vete al diablo, no me hables más...No te quiero ver.

Creo que eso fue mucho, camine hacia mi habitación y me detuve en la puerta para ver si se atrevía a venir por mi, nada.

Me encerre en mi habitación, tenía ganas de llorar, pero no podía, me acosté en mi cama, tal vez esa no fue manera de arreglar las cosas, pero lo que yo se, es que para arreglar los problemas los involucrados deben estar dispuestos a hablar.

Tarde o temprano tendremos que resolver nuestro conflictos, al fin y acabo estamos en la misma casa donde podremos mirarnos y cruzarnos todo el tiempo. Aunque no lo quiera, me verá la cara.

CHATEAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora